6 de febrero de 2018
Madrid.- Los biólogos evolutivos Rosemary y Peter Grant ganaron el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ecología y Biología de la Conservación, por descubrir mecanismos de la evolución fundamentales para conservar especies amenazadas.
El acta del jurado destacó las profundas aportaciones de los científicos a la comprensión humana de los mecanismos y procesos que subyacen a la evolución en la naturaleza.
Esta pareja de investigadores logró documentar por primera vez cómo ocurre la evolución en tiempo real, desvelando así mecanismos muy útiles para el desarrollo de estrategias eficaces para la conservación de especies amenazadas.
Su meticuloso trabajo durante cuatro décadas, con los mismos pinzones que inspiraron a Charles Darwin en las Islas Galápagos, ha demostrado que los cambios evolutivos pueden ocurrir de forma mucho más rápida de lo que se creía.
El acta del jurado del premio de la Fundación del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) indicó que gracias a los Grant hoy se sabe que la evolución es un proceso mucho más dinámico de lo que Darwin imaginó inicialmente.
Añadió que su trabajo proporciona “el registro más completo de cómo funciona la evolución en la naturaleza”, y dilucida “los mecanismos por los que se mantiene la diversidad genética y por los que se originan nuevas especies”.
El jurado resaltó las implicaciones de los hallazgos de los Grant para la conservación ya que «han incorporado una perspectiva evolutiva a la biología de la conservación al reconocer que se pueden producir cambios evolutivos rápidos tras la llegada de especies invasoras -incluyendo a los humanos- o en respuesta a eventos catastróficos.
Rosemary y Peter Grant llegaron en 1973 a la pequeña isla de Daphne Mayor –el cráter de un volcán extinto al norte de la isla de Santa Cruz, sin apenas sitio para instalar una tienda de campaña –, en el archipiélago de Galápagos, para estudiar cómo emergen las nuevas especies.
Sus primeras observaciones con los pinzones resultaron tan fructíferas que decidieron volver varios meses cada año para etiquetar y tomar muestras y datos de los pinzones y su comportamiento –incluidas muestras de sangre, para análisis genéticos–.
Han seguido haciéndolo casi hasta ahora y de hecho, a sus más de ochenta años, volverán a Daphne el próximo mes de marzo.
Esa labor ha permitido demostrar, con gran cantidad de datos, cómo los cambios en la ecología y el entorno pueden inducir cambios evolutivos, y dar lugar incluso a nuevas especies, en una sola generación.
Para Emily Bernhardt, catedrática de Biología en la Universidad de Duke (Estados Unidos) y presidenta del jurado, el trabajo de los Grant “ha conducido a uno de los cambios de paradigma más importantes en la biología evolutiva desde el propio Darwin”.
El hallazgo tiene también implicaciones muy significativas para la conservación “porque muestra una forma de medir la respuesta evolutiva de las especies a corto plazo ante fenómenos como las especies invasoras, o los eventos climáticos extremos”, señaló el secretario del jurado Pedro Jordano.
El también profesor de investigación en la Estación Biológica de Doñana del CSIC aseveró que los Grant, al documentar los fundamentos y mecanismos de cada etapa del proceso de formación de una especie, «nos han ilustrado sobre la respuesta evolutiva de las especies, para saber con qué rapidez y en qué situaciones podemos esperar que se produzca».