6 de febrero de 2018
Madrid.- Con personajes en los que el lector puede reconocerse a sí mismo, el español José Ovejero vuelve al cuento, tras una década de silencio en este género, con «Un mundo extraño», oscilando entre el amor o el dolor, o la risa y la agresión.
«Un mundo extraño» fue presentado en noviembre pasado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y llegará a las librerías españolas el próximo día 7, editado por «Päginas de Espuma».
En entrevista con Notimex, Ovejero, quien ha publicado novelas, poesía, teatro, cuento, ensayos y libros de viaje, manifestó su satisfacción porque «Un mundo extraño» expresa «una especie de delirio imaginativo» y en los anteriores tenía la impresión de haber estado haciendo cuentos realistas.
«Me gustaban, pero me parecía que tenía que ir un poquito más allá, la literatura te sirve para ir a distintos sitios y si te quedas siempre más o menos en el mismo es empobrecedor», dijo.
Expuso que como no acababa de encontrar la manera de hacer esto con el cuento, «entonces me dediqué durante un tiempo más al ensayo y a la novela y ahí sí empecé a expandir un poco mis posibilidades».
Puso como ejemplo novelas como «La Comedia Salvaje”, que están emparejadas con su nuevo libro y en las que de pronto «decidí darme la libertad de hacer lo que quiera con la novela y hacer que mis personajes leviten, de inventarme sectas extrañas en medio de la Guerra Civil, de no tener ningún respeto por la representación realista».
Eso no le impide continuar con lo que llama «mi vena», pues «yo creo que hay dos caminos en mi literatura, una que era más tradicional mía, que era una vena más intimista, más psicológica, más realista, como ‘La Invención del Amor’, pero luego empiezo a disfrutar mucho esta otra».
En «Un mundo extraño», Ovejero combina esas dos posibilidades concediéndose mucha libertad, lo que le está resultando muy enriquecedor.
Sobre si en sus cuentos pretende reflejar el caos del mundo actual, el escritor, quien en 2013 ganó el XVI Premio Alfaguara de Novela, explicó a Notimex que «el mundo siempre ha sido caótico y ha estado desbordado siempre de formas distintas».
«Yo creo que los personajes que aparecen en mis cuentos no son tan distintos de nosotros, lo que pasa es que acentúo una parte de ellos, suelo utilizar el ejemplo de los espejos deformantes con un espejo cóncavo, otro convexo, y al pararte frente de ellos de pronto sales con una narizota enorme o altísimo o anchísimo pero te reconoces», dijo.
«Lo que hago es fijar la atención en un aspecto, en exagerarlo y sin embargo, sucede como con los espejos cóncavos, que nos parecen la figura que vemos o terrorífica o divertida, o las dos cosas, pero nos estamos viendo, nos reconocemos a nosotros mismos», insistió.
Al aclarar que no tiene pretenciones específicas cuando se pone a escribir, aseguró que «acaban saliendo cosas que tu no sabías que estaban ahí o que no sabías que iban a salir, como mis obsesiones, mis deseos, pero lo que procuro no es hacer una literatura centrada tanto en lo que yo siento, como en aquello que creo que resuena en los demás».
En «Un mundo extraño» hay reflexiones sobre la cultura del éxito, de la imagen, del conseguir seguidores, la competitividad, la presión económica o las luchas de pareja.
«Salen los temas que te obsesionan y como yo soy una persona también con preocupaciones políticas, pues acaban saliendo temas de la sociedad que me rodea, que me desagradan, que me preocupan, esta especie de competitividad desaforada que hay hoy en día, que desde niños se les inculca a ser el mejor, por ejemplo», manifestó.
Abundó que otros temas tienen que ver con cosas más pequeñas, que son las relaciones de pareja y las pequeñas o grandes crueldades que hay en la relación de la pareja. «Es muy variado, va desde lo íntimo a lo social», remarcó.
Sobre sus nuevos proyectos, Ovejero adelantó que en marzo o abril saldrá un libro de poemas que se titula «Mujer lenta» y es poesía ficción.
«Normalmente la poesía se identifica mucho con el escritor, con lo que sale de su sentimientos, de lo que es él o ella, pero yo me planteé, ¿por qué no hacer como hacemos con la ficción?, nadie supone o no tiene por qué suponer que mis personajes dicen lo que yo pienso o actúan como yo actuaría», indicó.
Entonces, Ovejero se inventó un personaje que es una mujer, que es la que escribe esos poemas, y se inventó su biografía, dónde ha vivido, qué ha hecho y escribe poemas a través de ella, como si fuese un personaje de ficción.