6 Julio de 2020
México.- El golpe a los bolsillos de las familias mexicanas por la pandemia de Covid-19 ha despertado la alerta por los índices de morosidad que tendrán en los próximos meses los bancos que operan en el país. Si bien hasta el momento las instituciones financieras han reconocido que cuentan con los recursos para enfrentar el golpe, la dimensión el impacto económico puede provocar que sus clientes caigan en una situación insostenible para pagar sus deudas.
Con datos a abril pasado de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el Índice de Morosidad de la banca (IMOR) se ubicó en 2.32%, esto es, 0.20 puntos porcentuales más que el nivel observado en abril de 2019.
En el detalle, el IMOR de la cartera de consumo registró un nivel de 4.65%, en el que productos como la tarjeta de crédito llegaron a 5.6%, mientras que los créditos de nómina registraron una morosidad de 2.83%.
Así, el producto con la morosidad más elevada fueron los créditos personales, con 7%, es decir, 0.86 puntos porcentuales más respecto a abril de 2019.
La morosidad se convierte en un problema serio para las instituciones financieras. El caso más reciente es Banco Ahorro Famsa, negocio que si bien tuvo irregularidades en el manejo de sus estados financieros, la elevada morosidad de 16.99%, una de las más altas entre los bancos en México, fue uno de los golpes que llevó a que se le revocara la licencia por parte de las autoridades nacionales.
Los datos de la CNBV muestran que las instituciones con la morosidad más elevada son Finterra, con 17.8%; Accendo Banco, con 17.62%; Bancoppel, con 14.71%, y Banco Azteca, con 11.20%
En entrevista con EL UNIVERSAL, el presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), Juan Pablo Graf, dijo que si bien existen otras instituciones con altos índices de morosidad, en la mayoría de los casos no enfrentarán una situación similar a la de Banco Famsa, debido a un buen manejo del riesgo en su negocio.
«Vemos una gestión del riesgo mucho mejor que en Banco Famsa. Tienes alta morosidad, pero son estos créditos en la base de la pirámide que son más riesgosos, que tienen más morosidad, en parte por el riesgo y falta de competencia en el sector con lo que tienen las tasas más altas. Puede ser que tengan sus ingresos por intereses más altos. Lo que se está viendo ahí es la manifestación del riesgo de crédito, pero por otro lado tienes ingresos importantes», dijo el funcionario.
Efectos de pandemia. El Banco de México resalta que la dinámica de la morosidad está asociada a la actividad económica y en consecuencia podrían resentir los efectos de la pandemia, particularmente en el segmento de crédito al consumo y empresas, fenómeno que se ha observado en otros momentos de contracción.
«El choque macroeconómico derivado de la pandemia de Covid-19 y la caída en los precios del petróleo podría tener un impacto en los índices de morosidad, en mayor medida para los créditos a empresas. Así, si bien las autoridades correspondientes han tomado medidas para mitigar este riesgo, será relevante vigilar la evolución de los indicadores de morosidad para evitar un deterioro importante de los mismos y tomar acciones preventivas en caso de ser necesario», explica el banco central.
En productos específicos, como tarjetas de crédito, los programas de apoyo que han aplicado las instituciones financieras para diferir los pagos pueden tener un efecto sobre la capacidad de pago de los clientes, ya que problema real se espera una vez que terminen las medidas de apoyo y que la falta de empleo lleve a muchas familias a la insolvencia.
«Lo que vemos es que las fuerzas que van a pegar a los usuarios son, que su ingreso no se haya restablecido y que los planes de diferimiento no hayan tenido la claridad suficiente y que generen esta especie de burbuja, en el que al cabo de los cuatro meses se tenga una deuda inmanejable y el pago mínimo represente un sobreendeudamiento», dijo el director general de Resuelve tu Deuda, Juan Pablo Zorrilla.
Un brinco al doble. En opinión del banco más grande del sistema financiero en México, BBVA, el efecto de la pandemia puede llevar la morosidad al doble de sus rangos actuales, alcanzando tasas de 5%, lo cual se considera manejable para el sistema financiero mexicano.
«La clave va a ser la duración de la pandemia y las medidas de aislamiento social, si se logra superar la contingencia sanitaria antes de los cuatro o seis meses, es factible que no veamos alzas importantes en la cartera vencida, y segundo, habrá que ver que porcentaje de empresas desaparecen como resultado de la pandemia», dijo el economista en jefe de BBVA México, Carlos Serrano.