29 Julio de 2022
México.- A simple vista, una estación de compresión de Mako a las afueras del polvoriento cruce de caminos de Lenorah, en el oeste de Texas, no parece especial, igual que las decenas de miles de operaciones de petróleo y gas repartidas por toda la Cuenca Pérmica, una zona rica en petróleo.
Lo que no se ve a través de la cerca es una columna de gas invisible, fundamentalmente metano, que se eleva desde los relucientes tanques blancos de almacenamiento hacia el cielo despejado.
Eso equivale a quemar siete camiones cisterna llenos de gasolina cada día.
Pero las enormes emisiones de Mako no son ilegales, ni siguiera están reguladas.
Y es apenas uno de los 533 «superemisores» de metano detectados durante un estudio aéreo de la región realizado en 2021 por Carbon Mapper, un emprendimiento de investigadores universitarios y el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL por sus siglas en inglés) de la NASA.