8 octubre 2023
México.- Decenas de combatientes de Hamas, respaldados por una andanada de cohetes, salieron de la bloqueada Franja de Gaza y se dirigieron a localidades israelíes cercanas, matando a docenas de personas y secuestrando a otras más en un ataque sorpresa sin precedentes realizado el sábado temprano durante una importante festividad judía.
En respuesta, un anonadado Israel perpetró ataques aéreos contra Gaza y su primer ministro dijo que el país se encuentra en guerra con Hamas y prometió infligir un “precio sin precedentes”.
En un asalto de una amplitud asombrosa, hombres armados de Hamas irrumpieron en 22 localidades fuera de la Franja de Gaza, incluidas ciudades y otras comunidades situadas hasta 24 kilómetros de la frontera de Gaza. En algunos lugares rondaron durante horas, acribillando a civiles y soldados mientras el ejército israelí organizaba una respuesta. Los tiroteos continuaron hasta bien entrada la noche, y los combatientes retuvieron rehenes en dos poblados.
El servicio nacional de rescate de Israel indicó que al menos 200 personas murieron y 1.100 más resultaron heridas en el ataque más mortífero en Israel en décadas. Del lado palestino, al menos 232 personas han muerto en la Franja de Gaza y alrededor de 1.700 han resultado heridas en las represalias israelíes, según el Ministerio de Salud palestino.
Un número indeterminado de soldados y civiles israelíes también fueron tomados como rehenes y trasladados a Gaza, un asunto enormemente delicado para Israel.
“HABRÁ RESPUESTA”
El asalto amenazaba con escalar a un conflicto más mortífero, ya que Israel ha prometido fuertes represalias. Enfrentamientos anteriores entre Hamas e Israel han provocado muerte y destrucción generalizada en la Franja de Gaza y disparos de cohetes hacia Israel durante días. La situación es potencialmente más volátil ahora, ya que el gobierno de ultraderecha de Israel se verá sacudido por las fallas en materia de seguridad, y los palestinos están desesperados por una ocupación interminable en Cisjordania y por el bloqueo en Gaza.
En un discurso televisado el sábado por la noche, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien previamente declaró que Israel estaba en guerra con Hamas, dijo que las fuerzas militares israelíes utilizarán todas sus fuerzas para destruir las capacidades de Hamas y “vengarnos de este día negro”. Pero advirtió que “esta guerra tomará tiempo. Será difícil”.
“Convertiremos en ruinas todos los lugares en que Hamas se esconde, en los que opera”, añadió. “Salgan de ahí ahora”, dijo Netanyahu a los residentes de Gaza, que no tienen forma de abandonar el diminuto y sobrepoblado territorio mediterráneo de 2,3 millones de habitantes.
Al caer la noche, los ataques aéreos se intensificaron en Gaza, arrasando varios edificios residenciales con gigantescas explosiones, entre ellos una torre de 14 pisos que albergaba docenas de apartamentos, así como oficinas de Hamas en el centro de Ciudad de Gaza.
Poco después, una andanada de cohetes de Hamas contra el centro de Israel impactó cuatro ciudades, entre ellas Tel Aviv y un suburbio cercano, donde dos personas resultaron heridas. A lo largo del día, Hamas disparó más de 3.500 cohetes, según el ejército israelí.
La fuerza, complejidad y sincronización del ataque del sábado causaron estupor en los israelíes. Los combatientes de Hamas utilizaron explosivos para abrirse paso a través de la cerca que encierra el territorio y luego cruzaron en motos, camionetas, parapentes y lanchas a motor por la costa.
En algunos poblados israelíes se veía un rastro de cadáveres de civiles. En la carretera a las afueras de la ciudad de Sederot, una mujer ensangrentada yacía muerta en el asiento de su auto. Al menos nueve personas asesinadas a tiros en una parada de autobús de la ciudad yacían en camillas en la calle, con sus bolsas todavía en la acera cercana. Una mujer, gritando, abrazaba el cadáver de un familiar tendido bajo una sábana junto a una motocicleta derribada; mientras se la llevaban, recogió del suelo el casco de la persona muerta.
El jefe del ala militar de Hamas, Mohammed Deif, dijo que el ataque era en respuesta al bloqueo de Gaza, las incursiones israelíes a ciudades de Cisjordania durante el último año, la violencia en Al Aqsa —el sitio sagrado de Jerusalén que los judíos llaman el Monte del Templo—, los constantes ataques de colonos judíos contra palestinos y el crecimiento de los asentamientos.
“Ya basta”, dijo Deif en un mensaje grabado. Señaló que el ataque de la mañana era sólo el comienzo de lo que denominó “Operación Tormenta de Al Aqsa”, y pidió a los palestinos desde el este de Jerusalén hasta el norte de Israel que se unan a la lucha. “Hoy el pueblo está recuperando su revolución”, añadió.
La incursión de Hamas en Simjat Torá, un día normalmente alegre en que los judíos completan el ciclo anual de lectura del rollo de la Torá, revivió dolorosos recuerdos de la guerra de Medio Oriente de 1973, en que Egipto y Siria lanzaron un ataque sorpresa en Yom Kippur, el día más sagrado del calendario judío, con el objetivo de recuperar los territorios ocupados por Israel.