26 Octubre de 2018.
Buenos Aires.- La expresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, mantiene una popularidad del 30 por ciento desde que dejó el poder, a pesar de los escándalos por las causas judiciales en las que se le acusa de corrupción.
Casi tres años después de haber dejado de gobernar, la valoración positiva de la exmandataria se mantiene inamovible, lo que demuestra que tiene un electorado fiel que votaría por ella en las elecciones presidenciales de 2019, si es que se postula.
Sus simpatizantes consideran que los dos gobiernos de Fernández de Kirchner (2007-2015), y el de su fallecido marido y antecesor, Néstor Kirchner (2003-2007), fueron los mejores de la historia argentina porque otorgaron múltiples derechos sociales y defendieron los derechos humanos.
Sin embargo, la imagen negativa en contra de la expresidenta también es sólida, ya que hay un estable 30 por ciento de ciudadanos que nunca la votaría y que considera que el kirchnerismo encabezó los gobiernos más corruptos.
Las encuestas publicadas en las últimas semanas confirman estas tendencias que consolidan a Fernández de Kirchner como la principal líder opositora al gobierno de Mauricio Macri, con quien podría enfrentarse el próximo año en las urnas ya que el mandatario buscará la reelección.
El peso de la expresidenta pone en aprietos al peronismo, el movimiento político fundado por el tres veces presidente, Juan Domingo Perón, dividido en diveras corrientes que hoy intenta unificarse para poder hacer frente al macrismo en 2019.
La principal discusión entre los dirigentes peronistas es la inclusión o no de Fernández de Kirchner, ya que unos consideran concluida su carrera política y otros asumen que sus votos son necesarios para pensar en un posible triunfo en las próximas presidenciales.
Mientras se perfila el escenario electoral, la actual senadora visita de manera recurrente los tribunales, ya que enfrenta una serie de causas en las que se le acusa de lavado de dinero, encabezar asociaciones ilícitas y perjuicio a la administración pública, entre otros delitos.
Ninguna de esas causas hace mella entre sus seguidores, quienes creen, tal y como denuncia la expresidenta, que ella es inocente y las denuncias sólo forman parte de una persecución política y judicial para impedir que se postule de nuevo en 2019.
Más allá de las valoraciones políticas o de las irregularidades de varias de las causas que hay en su contra, lo concreto es que Fernández de Kirchner ya acumula tres procesos, y uno de los juicios orales en los que se le acusa comenzará en febrero de 2019.
Esto significa que las campañas estarán marcadas por el destino judicial de la exmandataria, sobre quien ya pesan pedidos de juicio político para que el Senado le retire los fueros parlamentarios y sea detenida.
Fuente: Notimex.