27 Agosto 2022
México.- Al defender la nueva investigación del caso Ayotzinapa, el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas Rodríguez, apuntó al Ejército como responsable del asesinato y la desaparición de seis de los 43 normalistas, que se presume, se habrían mantenido con vida cuatro días después de los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
Afirmó que podría haber acciones en el marco de la justicia militar, pues en ningún momento los mandos activaron el mecanismo de búsqueda que establece el protocolo de la Sedena en caso de elementos desaparecidos. De haberse hecho, se hubiera evitado la muerte del soldado infiltrado y la desaparición de los demás jóvenes.
Ante el presidente Andrés Manuel López Obrador, férreo defensor de las Fuerzas Armadas, el titular de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa implicó al entonces coronel José Rodríguez Pérez de ordenar la muerte y la desaparición del grupo de jóvenes.
Rodríguez Pérez, ascendido a general Brigadier en 2015, tenía a su mando el 27 Batallón de Infantería en septiembre de 2014, con sede en Iguala, al que instruyó salir a investigar lo que estaba sucediendo.
«Se presume que seis de los estudiantes se mantuvieron con vida hasta cuatro días después de los hechos y que fueron ultimados y desaparecidos por órdenes del coronel, presuntamente el entonces coronel José Rodríguez Pérez», refirió.
«Mandaron cocinar a 10 de los estudiantes e incluso hay la información, corroborada también con llamadas al teléfono de emergencia 089, donde se acredita que presuntamente seis de los estudiantes de los 43 desaparecidos estuvieron retenidos varios días y con vida en lo que llaman ´la bodega vieja´ y de ahí fueron entregados al coronel, como ven en los testimonios, quien se hizo cargo de estos muchachos», dijo el funcionario.
Lo anterior, comentó, demuestra que los normalistas nunca estuvieron juntos, como lo plantea la «verdad histórica», que establece que los 43 estudiantes fueron detenidos, ejecutados y quemados en el basurero de Cocula y esparcidos sus restos en el río San Juan, «porque en muchos de los casos era tal la magnitud de la movilización de sicarios y el número de muchachos que pretendían desaparecer que se reubicaron en distintos puntos» aledaños a Iguala.
Señaló que queda demostrada la participación de las Fuerzas Armadas en los hechos, además de la presencia del soldado Julio César López Patolzin, normalista infiltrado de la Sedena, quien desapareció junto con los estudiantes y que en ningún momento sus mandos activaron el protocolo de búsqueda.