1 Octubre de 2018.
México.- El Pueblo de Tepexi de Rodríguez, en las tierras áridas de la región Mixteca, resguarda el Museo Regional Mixteco-Tlayúa, dependiente del Instituto de Geología de la UNAM, donde el visitante puede sumergirse en el tiempo geológico profundo y conocer las formas de vida del pasado.
Inaugurado en septiembre de 1989, el recinto universitario, ubicado a 90 kilómetros de la ciudad de Puebla, permite emprender un viaje para contemplar restos fosilizados de organismos que habitaron el mar que hace 100 millones de años cubrió ese territorio.
Allí también se pueden ver las plantas que formaron bosques hace 30 millones de años, incluso de la megafauna que probablemente convivió con los primeros humanos que habitaron esa región.
A mil 750 metros sobre el nivel del mar, la renovada sala Shelton Applegate del museo, nombrada así en honor del investigador del Instituto de Geología, quien pasó sus últimos días impulsando los estudios paleontológicos en Tepexi, expone material recuperado en la cantera Tlayúa, explotada por sus dueños, la familia Aranguthy Contreras, que recibe nombre de la barranca en la que se encuentra.
La palabra Tlayúa significa en náhuatl «lugar de la oscuridad», y quizá se deba a que en el pasado esa barranca era tan estrecha y profunda que sólo la luz del mediodía llegaba a su piso.
Desde 1959, los Aranguthy extrajeron lajas rojizas de roca caliza, pero un día descubrieron que tenían esqueletos de peces y de otros animales extraordinariamente conservados.
Don Miguel, padre de la familia, intuyó que esos objetos poseían valor científico, y su espíritu altruista le dictó que dichos tesoros paleontológicos le pertenecían a la nación.
En 1981 se especialistas del Instituto de Geología (IGL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se reunieron con los Aranguthy y se inició una relación de esfuerzo y colaboración.
Con ayuda de la población local y de otras instituciones, un par de años después se inauguró el Museo de Sitio Pie de Vaca, el primer museo paleontológico local del país, hoy Museo Regional Mixteco-Tlayúa.
El IGL se comprometió a emprender estudios geológicos y paleontológicos en la región Mixteca en torno a Tepexi de Rodríguez, y lograron identificar fósiles de flora y fauna de tiempos menores a 100 millones de años, que representan conjuntos de organismos que vivieron en tierra firme.
Las rocas calizas de la cantera están formadas por cristales microscópicos de carbonato de calcio que fueron precipitados, hace 100 millones de años, del agua marina atrapada en una antigua laguna arrecifal.
Esos minerales formaron rocas que se intercalaron con finas capas de arcilla que facilitan la extracción de lajas en Tlayúa, brindándoles su tonalidad rojiza peculiar. Las condiciones fisicoquímicas y la rapidez del depósito de estos minerales frenaron el proceso de descomposición de los organismos que llegaban al fondo de la laguna.
En esa cantera se conservan organismos marinos como peces, estrellas de mar, gusanos, caracoles, amonites, algas y microorganismos, pero también continentales como insectos, plantas, cocodrilos, tortugas y pterosaurios.
Actualmente, la Colección Nacional de Paleontología incorporada al IGL resguarda un acervo de ocho mil piezas fósiles de la cantera Tlayúa, de las cuales sólo es posible exponer una mínima parte.
El coordinador de esta colección, Jesús Alvarado Ortega, señaló que la mayor parte de los fósiles son de especies aún desconocidas, por lo que representan la posibilidad de emprender importantes proyectos científicos.
En el museo también se exhiben fósiles del Pleistoceno, de entre 20 mil y 10 mil años, como mamuts, gliptodontes y caballos, entre otros grandes mamíferos.
Por cuatro décadas, subvenciones de la UNAM, de la National Geographic Society, la Science Foundation y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, han permitido desarrollar estudios de los organismos de esta región, preservados en los estratos sedimentarios del Cretácico, Paleógeno y Neógeno.
A la fecha, estas investigaciones han resultado en decenas de publicaciones científicas y han sido materia de diversas tesis y conferencias.
Félix, el mayor de los hermanos Aranguthy Contreras, recordó que uno de los sueños de su familia se hizo realidad gracias a la intervención de la UNAM: “Contar con un gran museo para mostrar al mundo la grandeza de esta tierra”.
Además, “mi pueblo, Tepexi de Rodríguez, el ombligo de la Tierra, es un hermoso lugar, semillero de paleontólogos y un hito para quienes se dedican a estudiar y conocer el origen de las diversas especies que habitan el planeta. Con nuestros hallazgos contribuimos a la ciencia en México y en el mundo”.
A lo largo del tiempo “hemos encontrado un verdadero Parque Jurásico, un bosque en el que hay árboles de unos 20 metros hechos roca, plantas cícadas y helechos, además de restos, muy escasos y mal conservados, de dinosaurios que vivieron hace casi 150 millones de años”.
Para concluir, señaló que el Museo Regional Mixteco Tlayúa, concluyó, refrenda el compromiso de la UNAM con la familia Aranguthy, con el pueblo de Tepexi de Rodríguez, y en conjunto con México.
Fuente: Notimex.