27 octubre 2023
México.- El malestar y la angustia entre la gente estallaron en Acapulco, devastado tras el paso de un huracán de categoría 5 que dejó al menos 27 muertos y cuatro desaparecidos, a medida que poco a poco se restablecen vías de acceso y comunicaciones.
Tras más de 24 horas de aislamiento a causa de los desprendimientos de tierra que bloquearon carreteras y las inundaciones en lo que ahora es un paisaje de escombros, los sobrevivientes hacían evidente su desesperación la lentitud en la llegada de la ayuda, comida e información ante la limitada señal de telefonía.
Con una población de más de un millón de habitantes, hay familias que aún no tienen ninguna noticia de sus parientes desde que el huracán Otis destruyó barrios populares así como hoteles y grandes avenidas que antes presumían de unas hermosas vistas hacia la playa. La prioridad parece ser el turismo y los grandes hoteles, el 80% dañados y muchos con aspecto de gigantes desdentados sin ventanas.
Muchos turistas se quejaban de haber sido expulsados de los hoteles sin comida ni agua. Y no todos los que recurrían a los militares recibían ayuda. Paula Ruiz Velasco, dueña de un restaurante en Ciudad de México, narró que los soldados le dijeron que si necesitaba de algo se metiera a robar a una tienda.
La tarea de reconstrucción parecía inabarcable y la frustración hacia las autoridades, generalizada. Aunque se movilizaron unos 10.000 militares a la zona, no contaban con las herramientas para limpiar las toneladas de lodo y los árboles caídos de las calles, algunas de ellas convertidas en ríos. Otro problema vital para miles de familias era la falta de información de sus seres queridos, todavía incomunicados.