15 enero 2024
México.- La contaminación marina aún azota al puerto de Acapulco tras 80 días del histórico huracán Otis, pues sus habitantes y ambientalistas denuncian que las embarcaciones hundidas siguen en el fondo del mar encalladas en rocas, y las playas ante el olvido de las autoridades.
El mar, el sol, los atardeceres y las bellas postales, eran parte de los atractivos turísticos del balneario de Acapulco, antes del impacto de Otis como categoría 5 el pasado 25 de octubre.
Pero expertos en el medio ambiente aseguran que la situación actual es ‘grave’ en las playas de la zona tradicional del puerto en el Pacífico mexicano, donde las embarcaciones, tanto de pesca, recreo o las de lujo, continúan al fondo del mar, otras están sobre las piedras, algunas más en la franja de arena.
La ambientalista y buza, Mariana López, recordó, en entrevista, que semanas después del 25 de octubre acudió al mar y decidió descender varios metros al fondo para revisar los daños provocados por el huracán.
En su inmersión encontró que el dejar tanto tiempo las embarcaciones en el agua ha provocado graves daños por los diversos contaminantes que tienen.
“Creo que hasta este momento todos nos podemos asomar por esta zona donde fue el impacto de las embarcaciones y vamos a ver una capa (flujo) de color tornasol, que son todos los hidrocarburos que están ahí, sobre todo aceites, diésel y esto repercute en las especies, una de estas especies podría ser el coral”, advirtió.
Aparte, el biólogo marino Juan Manuel Bernard indicó que, desde hace varios meses, se estudia el comportamiento y las “incontrolables” afectaciones del coral en la isla de La Roqueta.
Además, destacó que con el paso del huracán Otis arrastró todo debajo del mar, incluidos las navieras que se encontraban en el puerto; mismas embarcaciones que tiran aceite, partes de su estructura, metales e incluso baterías de plomo o litio que son “muy dañinos para la vida marina”.
Los expertos aseguran que debido a estos contaminantes, las personas que acuden a nadar a las diferentes playas de la zona costera de Guerrero, como Caleta, Caletilla, incluso el Club de Yates, también podrían presentar afectaciones en la piel, cabello o enfermedades intestinales al ingerir agua del mar cuando nadan o bucean.