19 mayo 2023
México.- La circulación de migrantes nacionales y extranjeros por territorio mexicano se ha transformado desde que los grupos del crimen organizado se apropiaron del negocio, en el que han encontrado una mina de oro, señaló a El Universal David Saucedo, analista de seguridad.
Indicó que aunque los cruces de migrantes indocumentados hacia EU, principalmente de mexicanos y centroamericanos, asistidos por polleros, eran algo común desde hace décadas en la frontera norte del país, hace unos 10 años los cárteles que operan en el noreste de México “ampliaron su portafolio criminal para dedicarse al tráfico de personas”.
“Los Zetas, el Cártel del Golfo, el Cártel del Noreste, etc., desplazaron a las bandas de polleros para absorber ellos mismos el lucrativo negocio de cobrar peaje a los migrantes por llevarlos a ciudades de Estados Unidos”, explicó el especialista.
“Los cárteles descubrieron que los migrantes son una mina de oro” y aprovecharon las “rutas de cruce seguro” que manejan para traslado de droga de uno y otro lado de la frontera, así como los contactos y sobornos que tienen con autoridades, tanto en territorio de México como de EU.
Sobre los casos de secuestros de migrantes que se dan en territorio nacional, como los que han sucedido en el último mes y medio en territorio de San Luis Potosí, el experto consideró que se trata de lo que llama “autosecuestros”, en el sentido de que los criminales secuestran a los migrantes que ellos mismos trasladan para cobrarles un extra.
“En ciertos puntos de San Luis Potosí, Zacatecas, Nuevo León y Tamaulipas los cárteles de la droga autosecuestran a los migrantes que ellos mismos conducen o a las caravanas que saben que se dirigen hacia Estados Unidos. Los amenazan a ellos o a sus familias y los obligan a pagar un rescate por permitirles seguir con su camino.
“Los recientes secuestros de migrantes en San Luis Potosí y Nuevo León se dieron bajo este esquema”, afirmó.
David Saucedo señaló que para que estas redes de tráfico de personas operen en México, “evidentemente muchas autoridades están involucradas. Alcaldes, directores de policía, comandantes de policías estatales, reciben sobornos a cambio de su colaboración para que los cárteles puedan actuar con libertad”.