14 de abril de 2017
Al menos 36 extremistas murieron, luego que Estados Unidos lanzó una bomba colosal contra el complejo de túneles y cuevas que utiliza el Estado Islámico en el este de Afganistán, reportó este viernes el Ministerio afgano de Defensa.
La explosión, del arma llamada «madre de todas las bombas», destruyó tres túneles subterráneos, así como armas y municiones, pero ningún civil resultó herido, según un portavoz del Ministerio de Defensa.
El portavoz del Ministerio de Defensa de Afganistán, Dawlat Waziri, comentó: «ningún civil ha sido herido y sólo la base que utiliza el Estado Islámico para lanzar ataques en otras partes de la provincia fue totalemente destruida».
El gobernador del distrito de Achin, Esmail Shinwari, sostuvo que «la explosión fue la más grande que he visto y las llamas engullieron el área».
El portavoz del gobierno afgano Shah Hussain Murtazawi afirmó que «se han infligido fuertes bajas al enemigo».
Funcionarios militares indicaron que lanzó contra el EI en Nangarhar (este de Afganistán) la bomba no nuclear más potente que se ha usado nunca en combate, la GBU-43/B Massive Ordnance Air Blast Bomb (MOAB), con 11 toneladas de explosivo TNT de alta potencia.
Un residente local que vivía a dos kilómetros de la explosión señaló a la cadena estadunidense CNN que escuchó un «estallido extremadamente fuerte que rompió las ventanas de nuestra casa».
«Todos estábamos asustados y mis hijos y mi esposa estaban llorando, pensamos que había ocurrido justo en frente de nuestra casa», comentó.
Funcionarios estadunidenses indicaron que el EI se ha expandido a Afganistán en los últimos años, y estaba usando un complejo de cuevas y túneles que fueron y fortificados contra ataques convencionales.
El presidente estadunidense, Donald Trump, señaló este jueves que el bombardeo fue «otro trabajo exitoso».
Es la tercera gran acción militar que su administración ha tomado en los últimos meses, tras una incursión militar en Yemen que dejó a civiles y un marine muertos y el ataque sorpresa de la semana pasada en Siria.
Las posiciones del Estado Islámico golpeadas por el MOAB están en el distrito de Achin de la provincia de Nangarhar, un área escasamente poblada donde se cree que operan de 600 a 800 combatientes.
Más de tres mil familias habían huido del districto en el año pasado desde que el grupo militante se estableció.
En un mensaje en su cuenta oficial de Twitter, el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, aprobó el ataque El bombardeo fue «diseñado para apoyar los esfuerzos de las Fuerzas de Seguridad Nacional Afganas (ANSF) y las fuerzas estadunidenses … realizando operaciones de desalojo en la región. Se tomaron precauciones para evitar bajas civiles con este ataque aéreo», añadió.
El portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, dijo que Washington está «trabajando con el gobierno de Afganistán y nuestros socios en la región para negar a cualquier organización terrorista -que incluye a Al Qaeda – un refugio seguro o cualquier tipo de apoyo material en la región».