1º de septiembre de 2017
Mucho antes de lo que pudiera pensarse, el aún hoy delegado en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal Ávila, comenzará a dejar atrás el discurso “no rupturista” con Andrés Manuel López Obrador que adoptó tras ser desplazado (de mala manera) en la puja por la candidatura de Morena, su partido, al Gobierno de la Ciudad de México en 2018 para, al amparo de una coalición electoral aún hoy en proceso de cocción, arrancar campaña en busca de la posición que hoy ocupa Miguel Ángel Mancera Espinosa… su principal mentor e impulsor ahora y con quien, se asegura, en cuestión de días.
Ello, obvio, después de abandonar la demarcación a su cargo; lo que en opinión de sus más cercanos, deberá ocurrir apenas comience octubre, días después de que el cuestionado jefe de Gobierno en turno, a quien aspira suceder, haga lo propio, tras rendir su V Informe de labores ante la Asamblea Legislativa, controlada por Leonel Luna Estrada, activo alfil del mancerismo que ayer —“más por mandato que por convicción, ciertamente”— abrió al zacatecano las puertas del perredismo-Chucho.
De cara a consumar este movimiento “sin perder nivel de crítica a la nomenklatura de Morena ni, menos, presencia mediática…” es que trabaja hoy el equipo del delegado en fuga… instruido, se afirma, de la necesidad de avanzar en los preparativos para que, en el momento que así se defina, sea la poblana exfiscal anticorrupción y actual directora jurídica en la delegación, Zuleyma Huidobro González, quien llegue al cargo. Monreal Ávila y su eventual sucesora —cercana siempre a Dante Delgado Rannauro, por cierto— fueron compañeros en la LXII Legislatura federal, luego de que ella dejara las secretarías de Elecciones y de Mujeres en Movimiento Ciudadano, para venir a San Lázaro.
Tal como se previó desde un primer momento, entonces, la estrategia de no confrontación con el tabasqueño que le arropó a su salida del priismo hace ya casi 20 años, será mantenida incólume por el desplazado aspirante por un tiempo más, como se mantendrá igualmente su beligerante discurso y condicionante (e improcedente) exigencia de que, para no romper con el partido Movimiento Regeneración Nacional que él mismo ayudó a construir, se proceda a realizar una segunda medición de popularidad con encuestas “espejo” o, incluso, un sondeo plenamente abierto.
Ello, obvio, prolongará la polémica sobre la “increíble” encuesta realizada por el lopezobradorismo a principios de la segunda quincena de agosto y, sin duda también, ahondará aún más entre el electorado de la Ciudad de México, al menos, la desconfianza y el creciente descrédito que, con miras al 2018, están siendo promovidos por otras fuerzas políticas aprovechando la inigualable oportunidad que para avanzar en tal dirección, “más por soberbia y terquedad” en opinión de no pocos”, les abrió el mismísimo Andrés Manuel López Obrador y quienes, en su entorno, operaron el fallido sondeo.
Esto, sin embargo, y hay que aceptarlo así, no acaba aún.
ASTERISCOS
* Tan discreta como eficiente y útil, la presencia del subsecretario Juan Carlos Baker durante la estadía del secretario Ildefonso Guajardo, en Washington. Con 20 años de experiencia en el ámbito del comercio internacional, el
joven veterano es hoy pieza fundamental en la renegociación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá y, también, en la propuesta de avanzar en acuerdos con Europa, Brasil y Argentina.
* “Les estamos cediendo la (presidencia de la) Mesa (Directiva); no nos hemos agandallado…” porque estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo para llegar a acuerdos”, advirtió ayer, apenas después de ser electo nuevo titular de la Junta de Coordinación Política del Senado, el priista Emilio Gamboa Patrón que, apueste usted, operará la agenda que para el periodo que se inicia palomeó el propio
Enrique Peña Nieto.
Veámonos el domingo, con otro asunto De Naturaleza Política.
Twitter: @EnriqueArandaP