20 de junio de 2017
Con fuerza, valor y perseverancia de quienes se ven obligados a abandonar sus países en busca de asilo político, este martes se conmemora el Día Mundial del Refugiado.
De acuerdo con datos del informe «Tendencias globales» del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), más de 65 millones y medio de personas estaban en una situación de desplazamiento forzoso a finales del año pasado, 300 mil más que en 2015.
Señaló que los conflictos actuales, la guerra, violencia y persecución son las causas que han desarraigado a más hombres, mujeres y niños en el mundo que en cualquier otro momento en 70 años.
En promedio, cada minuto 20 personas se vieron obligadas a huir de sus hogares durante el año pasado, lo cual equivale a una persona desplazada cada tres segundos.
A nivel mundial, el conflicto de Siria es el que genera más refugiados, con 12 millones de personas desplazadas internamente o viviendo en otros países; le siguen Colombia, con siete millones 700 mil; Afganistán, cuatro millones 700 mil, e Iraq, con cuatro millones 200 mil personas refugiadas.
Según cifras de dicho informe, a finales de 2016 la mayoría de los refugiados se encontraba en países en desarrollo o países de ingreso medio, mientras que uno de cada tres fue acogido por los países menos desarrollados.
Los menores de edad representan la mitad de la población refugiada en el mundo, ya sea que se trasladen solos o con algún adulto, y quienes presentan características de especial vulnerabilidad y una excesiva carga de sufrimiento.
De acuerdo con el Acnur, esta situación ilustra la necesidad de que los países y las comunidades que apoyan a los refugiados y otras personas desplazadas reciban más recursos y apoyo, pues lo contrario puede generar inestabilidad, afectar la labor humanitaria o dar lugar a desplazamientos secundarios.
A lo largo de la historia, México ha brindado protección a personas que huyen de la persecución, desde indígenas estadunidenses, refugiados europeos de la época fascista y sudamericanos que huían de las dictaduras, entre otros.
Los refugiados viajan dentro de los movimientos migratorios y, en su intento por salir de sus países para huir de la persecución, pueden utilizar los mismos recursos y medios que los migrantes indocumentados.
Sin embargo, muchos no saben que tienen el derecho de solicitar la condición de refugiado para obtener un asilo seguro que garantice su seguridad física, así como los mismos derechos y asistencia que tiene cualquier otro extranjero que sea residente legal.
A partir de 1984, el gobierno mexicano, en cooperación con el Acnur y las organizaciones de la sociedad civil, han desarrollado protocolos de reconocimiento para la condición de refugiados y su protección, además de haberles proporcionado tierras, alojamiento, ayuda alimentaria y servicios sociales.
El Acnur dio a conocer que en los últimos seis años se incrementó más de mil por ciento el número de personas que solicitaron refugio en México, entre los que destacan los provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador.
Actualmente, México enfrenta nuevos desafíos en la protección de los refugiados con la creciente ola migratoria de ciudadanos haitianos que se han asentado los últimos años en la frontera norte de Tijuana y Mexicali, Baja California, en búsqueda de asilo político en Estados Unidos.
Por ello, y para aminorar las condiciones desfavorables y de vulnerabilidad de las personas refugiadas, el gobierno de México y el Acnur trabajan constantemente para garantizar los derechos de este sector de la población mundial durante su paso y estancia en el país.