29 de Marzo de 2017
Así como, el pasado jueves, el aniversario 23 del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta sirvió para formalizar su incorporación en la lista oficial de aspirantes priistas (con posibilidades) a la Presidencia de cara a 2018, el festejo del natalicio 76 de Diego Fernández de Cevallos, dos días después, constituyó una suerte de escenario (inmejorable) para confirmar su presentación, en cuanto que precandidato, ante un público mucho más plural…
El pasado fin de semana, efectivamente, en el Rancho “La Barranca” que prácticamente en los linderos de Querétaro y Guanajuato posee el panista, el doctor José Narro Robles se convirtió, junto con el expresidente Carlos Salinas de Gortari, el empresario Carlos Slim Helú y el sonorense Manlio Fabio Beltrones, en una de las figuras centrales de uno de los festejos más esperados por la clase política nacional aunque, en esta ocasión, a nadie pasó desapercibida la escasa, nula, presencia de dirigentes de Acción Nacional… los gobernadores de las entidades citadas, el cuestionado Francisco Domínguez y Miguel Márquez entre ellos.
Es verdad que nada en particular, salvo su inclusión en la mesa de honor con sus más importantes invitados, compartió el festejado, ocurrió que pudiera hacer pensar en la existencia de cierta intencionalidad política en su presencia, ni por parte del funcionario ni de su amable anfitrión, o alguno de los invitados: Roberto Gil Zuarth, Mariana Gómez del Campo, Federico Döring y el impresentable líder sindical Carlos Romero Deschamps, senadores; gobernadores en funciones y exmandatarios de PRI y PAN, como Mariano González, Enrique Burgos, el cuestionado José Rosas Aispuro y sus antecesores Jorge Herrera Caldera o Ismael Hernández Deras; el exprocurador, general Rafael Macedo de la Concha, presidentes municipales y más, muchos más… hasta Xóchitl Gálvez, la delegada en Miguel Hidalgo, que el año pasado ganó notoriedad por filtrar un video sobre la celebración y que, ahora, no se salvó de ser objeto de toda suerte de bromas (para que no lo repitiera)…
Aquí, como sí lo hizo en la sede del Revolucionario Institucional, ante su dirigencia cupular, nada dijo el doctor Narro sobre la inminente apertura de una nueva etapa histórica para el priismo —“la del inescapable desarrollo regional, la del fortalecimiento de los valores laicos, la de la justicia social, la de la lucha por la libertad, la democracia y el cumplimiento del Estado de derecho”, que pudiera hacer creer a alguno que estaba escuchando un resumen de lo que, en su caso, sería su propuesta electoral.
Al margen, habría que decir, ahora sí que haiga sido como haiga sido, el exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), queriéndolo o no, insistamos, dio un paso más hacia la candidatura del tricolor…
ASTERISCOS
* Ahora sí que, como definimos aquí mismo: en el fondo del hoyo… y cavando, el perredismo de Alejandra Barrales recibió ayer un nuevo golpe del que, vale decir, no le será fácil recuperarse pues, en cuestión de minutos, perdió a dos terceras partes, 12, de los miembros de su bancada senatorial que, en grupo, decidieron dejar el sol azteca y, presumiblemente en un futuro no muy-muy lejano, sumarse a la fracción ¡del Partido del Trabajo! y, finalmente, a las filas de Morena.
* Como si algo hiciera falta para enrarecer aún más la de suya compleja relación entre Iglesia y Estado, la Conferencia del Episcopado Mexicano confirmó, este lunes, el asesinato del sacerdote indígena nayarita Felipe Altamirano Carrillo, adscrito a la Prelatura del Nayar. “Nuevamente —lamentó la CEM en lacónico comunicado— un sacerdote católico es alcanzado por el crimen…”.
Veámonos el viernes, con otro asunto De naturaleza política.