19 de junio de 2017
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), después de cumplir 53 años, dejarán para siempre las armas en este mes de junio, para iniciar su conversión a partido político, lo que representa el hecho histórico más importante de los últimos 60 años en el país.
El pasado viernes 16 de junio finalizó la segunda fase de la dejación de las armas de los siete mil guerrilleros de las FARC, que se encuentra concentrados en 26 Zonas Veredales y Puntos Transitorios de Normalización, en diferentes regiones de Colombia.
Según el reporte de la Misión de las Naciones Unidas (ONU), al finalizar esta segunda fase del proceso de Dejación de Armas el organismo internacional tiene bajo su custodia «el 60 por ciento de las cerca de siete mil armas individuales registradas, monitoreadas y verificadas desde el pasado 1 de marzo del presente año».
Además, a la fecha se ha reportado la llegada de mil 613 milicianos de las FARC a las 26 Zonas Veredales y Puntos Transitorios. Así mismo, se continuó entregando los certificados de Dejación de Armas a los integrantes de la guerrilla para dar su tránsito a la legalidad.
La Misión de las Naciones Unidas avanza con las operaciones de extracción del armamento y material inestable de las caletas que se encuentran distribuidas e identificadas en diferentes regiones de Colombia.
El 20 de junio se inicia la tercera y última fase de dejación de armas de los insurgentes, que debe finalizar a más tardar el día 27 de este mes, en un acto público en el que participará el presidente Juan Manuel Santos, los comandantes de las FARC y el secretario general adjunto de Asuntos Políticos de la ONU, Jeffrey Feltman.
Con este acto en la población de Mesetas, en el departamento del Meta, en el extremo sur de Colombia, y uno de los lugares emblemáticos en estos 53 años de guerra de las FARC contra el Estado, el grupo dejará de existir como organización alzada en armas.
El nuevo nombre de la organización, su estructura como partido con estatutos y plataforma política-ideológica, con miras a participar por primera vez en unas elecciones para el Congreso y la presidencia de Colombia, saldrán de la Conferencia Nacional, programada para el mes de agosto.
Con la dejación de las armas de las FARC, se derrumba los argumentos de la extrema derecha colombiana y otros sectores opositores al acuerdo de paz, en el sentido que el grupo insurgente «engañaría a los colombianos» y no iba entregar las armas.
Pero siete meses después de la histórica firma del Acuerdo de Paz, en el Teatro Colón en la capital colombiana, las Naciones Unidas, con toda su credibilidad y responsabilidad a nivel mundial, certifica que las FARC, están cumpliendo con la entrega de las armas.
Desde ese 24 de noviembre, día de la firma del Acuerdo de paz, el proceso ha registrado numerosos hechos y acciones para implementar los compromisos adquiridos entre la comandancia de las FARC y el presidente Santos, como representante del Estado, conforme a lo dispuesto en la Constitución de 1991.
Posteriormente el Acuerdo de Paz fue refrendado por el Congreso, por 70 votos a favor y cero en contra en el Senado y 105 votos a cero en la Cámara de Representantes, que ha aprobado todas las leyes que se requieren para garantizar la implementación de lo pactado.
En diciembre se creó e instaló la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación de la Implementación del Acuerdo (CSIVI), que tiene como misión definir las actividades, establecer el cronograma y hacerle seguimiento al proceso de reincorporación de los miembros de las FARC a la vida civil.
En este mes el Congreso aprobó la Ley de Amnistía, que establece las condiciones para que -en el marco de la dejación de armas- los integrantes de las FARC, que no han cometido crímenes graves o representativos soliciten a la Jurisdicción Especial para la Paz la amnistía. Igualmente se instaló el Consejo Nacional de Reincorporación.
En diciembre comenzó la puesta en marcha de las 26 zonas veredales y puntos transitorios de normalización, para acoger a los integrantes de las FARC durante el período de dejación de las armas y el inicio de su reincorporación a la vida civil.
El primero de diciembre de 2016 comenzó el cronograma de 180 días del punto del Fin del Conflicto, que fija los procedimientos mediante los cuales las FARC se concentraban en las zonas veredales, para dejar la totalidad de sus armas e iniciar su reincorporación a la vida civil.
Entre enero y junio se dieron hechos como la visita de los 15 embajadores de los países con asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para observar de primera mano cómo avanzaba la implementación y visitaron la zona veredal de Vista Hermosa (Meta), para hacerle seguimiento al proceso de dejación de armas.
Al final de su visita, los embajadores ratificaron el apoyo del Consejo de Seguridad al Acuerdo de Paz. «Colombia ha iniciado el proceso de implementación y ya es irreversible, no hay vuelta atrás y el Consejo de Seguridad permanecerá a su lado’, dijo el embajador británico Matthew Rycroft.
En un acto con decenas de víctimas del conflicto armado, se firmaron tres decretos legislativos que dan vida al componente de verdad del capítulo de víctimas del Acuerdo de Paz: Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No repetición.
Unidad de búsqueda de personas dadas por desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado y un Comité de Escogencia de carácter independiente e imparcial que elegirá a los altos funcionarios del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No repetición.
El 26 de abril, el Congreso terminó la aprobación del Estatuto para la Oposición, que define las garantías para los partidos y movimientos políticos que se declaren en oposición al gobierno y se abrió el proceso para crear la Instancia Especial que contribuirá a garantizar el enfoque de género en la implementación del Acuerdo Final.
El Congreso de Colombia también aprobó la reincorporación política de las FARC, una de las piedras angulares de todo el acuerdo de paz porque permite la transformación de una organización armada en una que hará política una vez haya dejado todas las armas.