29 de junio de 2017
Un total de 540 mil personas se encuentran sitiadas en las 11 ciudades en Siria que aún están bajo acecho ya sea por el gobierno, las fuerzas de la oposición o el grupo terrorista Estado Islámico (EI), de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU).
En una sesión en el Consejo de Seguridad, el coordinador de la ONU para Asuntos Humanitarios, Stephen O’Brien, expresó que siete ciudades son asediadas por el gobierno de Siria, y una por fuerzas sirias y grupos rebeldes.
Asimismo, otras dos ciudades están bajo sitio por grupos armados de la oposición, y otra más está bajo sitio del EI
«Pido de nuevo un acceso seguro, sin trabas y sostenido a todos los necesitados, pero en particular para estas 540 mil personas que están atrapadas y desesperadas por nuestra ayuda», urgió O’Brien.
En su intervención, el funcionario destacó además que aumentan las bajas civiles por las operaciones contra el Estado Islámico en la zona noreste de Siria, tal como indican reportes que consignan la muerte de 59 personas en la comunidad de Abu Kamal, el 15 de mayo pasado.
«Al mismo tiempo, los civiles en estas áreas enfrentan amenazas continuas del EI. En Abu Kamal, el ataque aéreo fue seguido por agresiones de retribución de parte del Estado Islámico contra los sospechosos de proporcionar coordenadas», de acuerdo con el coordinador de la ONU.
Señaló también que existen preocupaciones similares en la ciudad de Raqqa, donde el pasado 6 de junio las Fuerzas Democráticas Sirias, apoyadas por las fuerzas de la coalición internacional, comenzaron la operación para tomar la ciudad del control del EI.
La Oficina del Alto Comisionado para los Refugiados (OHCHR) informó este miércoles que al menos 173 personas han sido asesinadas por ataques aéreos y terrestres en Raqqa desde el pasado 1 de junio.
«La gente está aterrorizada, y no sabe a dónde ir para obtener seguridad. Debemos hacer más para dar protección a los civiles atrapados en esta lucha», enfatizó O’Brien.
En general, cuando se utilizan armas explosivas en zonas pobladas, el 92 por ciento de las bajas son civiles, lamentó el funcionario.
«Es nuestro deber como seres humanos alzar la voz y decir que ya basta, exigir el fin de estas prácticas para detener la muerte innecesaria, y ayudar a aquellos cuyas vidas ya han sido destruidas», declaró O’Brien.