9 de junio de 2017
La secretaria de Cultura federal, María Cristina García Cepeda, aseguró que México ha mostrado con orgullo su riqueza cultural y ha recibido en justa reciprocidad las más diversas expresiones artísticas del arte universal a través de mil 900 exposiciones realizadas dentro y fuera del país de 2013 a 2017, a las que han asistido cerca de 30 millones de personas.
Lo anterior, sostuvo la funcionaria, confirma el compromiso del Gobierno de la República para ampliar los beneficios de la cultura al mayor número de público. “México mantiene un diálogo cultural con el mundo y ha realizado acuerdos con instituciones culturales de diversas naciones”.
En entrevista con Notimex, García Cepeda subrayó que los acuerdos permiten presentar en escenarios, foros y salas de exhibición del país, actividades y exposiciones de excelencia, como la muestra “Picasso y Rivera: Conversaciones a través del tiempo”, que se presenta en tres salas del Museo del Palacio de Bellas Artes hasta el 10 de septiembre próximo.
En ese sentido, recordó que en 1905 el joven Diego Rivera (1886-1957) obtuvo de Justo Sierra (1848-1912), entonces secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, y luego de Teodoro Dehesa Méndez (1848-1936), Gobernador de Veracruz, recursos para viajar y estudiar en Europa. De España fue a París en 1909, y en 1914 conoció a Pablo Picasso (1881-1973).
La exposición “Picasso & Rivera. Conversaciones a través del tiempo” reúne 147 piezas provenientes de diversas partes del mundo para mostrar el diálogo personal, académico y artístico de esos artistas.
Al inaugurar la muestra, García Cepeda recordó que 1914 era el año convulso de la Primera Guerra Mundial, del amanecer de un siglo que acarrearía la experimentación artística, y del encuentro de dos enormes referentes para el arte universal
La exposición, dijo, abarca el periodo entre 1900 y 1950 medio siglo en el que esos dos artistas participaron de las nuevas miradas que trajo consigo el modernismo.
“A partir de los vínculos que ambos artistas crearon, la muestra propone una nueva revisión sobre la identidad que los tiene tan arraigados a sus lugares de origen, y a la vez tan universales”, expresó.
Abundó que la muestra “hace énfasis en el modo como influyeron en ellos las civilizaciones precolombinas, mediterráneas y africanas, así como los descubrimientos arqueológicos de su tiempo”, y celebró la unión entre el Museo del Palacio de Bellas Artes y el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles en esta muestra.
“Esta noche, más de un siglo después de haberse encontrado Picasso y Rivera, conversan a través del color y de la forma con el público de México”, rubricó la responsable de la política cultural de México.
En su oportunidad, Lidia Camacho, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), consideró que esta muestra brinda al público la oportunidad de acercarse a dos figuras señeras del arte.
Michael Govan, director de Los Angeles County Museum of Art, mencionó que el origen de la exposición parte de la historia de varios encuentros entre Picasso y Rivera, entre Europa y América, y entre varias instituciones. “Es una conversación a través del tiempo, entre la modernidad y la antigüedad, y de la amistad entre dos instituciones”.
De las 147 obras que integran la exposición, 19 provienen de colecciones internacionales y 27 de nacionales, incluida la del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Tomó ocho años concretar esta magna exposición.
El concepto curatorial de la muestra, a cargo de Juan Coronel Rivera, Diana Magaloni y Michael Govan, ofrece una serie de diálogos a través de algunas de las más importantes obras de ambos creadores y piezas antiguas, que dejan al descubierto el acercamiento y entendimiento entre la modernidad y la antigüedad en la visión de Diego Rivera y Pablo Picasso.
La exhibición está dividida en cuatro secciones, a través de las cuales se puede apreciar un paralelismo entre Picasso y Rivera, presentando las diferentes etapas de cada uno de estos artistas, desde sus etapas como estudiantes, la etapa cubista y la vuelta al clasicismo.
Mientras Picasso combinó a la perfección formas arcaicas y clásicas en sus pinturas neoclásicas, Rivera suplantó los valores clásicos basados en el canon estético grecorromano con la gran tradición escultórica de los mexicas. Este impulso de regresar a los valores universales y a la estética tradicional se conoció en Francia como rappel à l’ordre (retorno al orden).
Entre las obras más importantes de la exposición se encuentran 16 grabados de la serie “Suite Vollard”, de Picasso, considerada la obra gráfica más importante del siglo XX y “Hombre del cigarrillo”, de Rivera (Banco de México, Fiduciario en el fideicomiso de los museos Diego Rivera y Frida Kahlo en esta ciudad), obra que viajó desde Nueva York.
También hay piezas que se exhibirán por vez primera en México, como los cuadros cubistas “Farola y guitarra” (Gas-jet and Guitar) de Picasso (Narodni Gallery, Praga) y “Composición cubista” (naturaleza muerta con una botella de anís y un tintero) de Rivera (Cortesía Fundación Almine y Bernard Ruiz- Picasso para el arte, Bruselas, Bélgica).
La exposición “Picasso y Rivera: Conversaciones a través del tiempo” cuenta con un amplio programa de actividades, que incluye charlas, un ciclo de cine, un recorrido virtual, un concierto, la presentación del catálogo y narraciones.