23 de agosto de 2017
México.- Integrada por 250 piezas pertenecientes al Museo Nacional de Antropología y a la Zona Arqueológica de Teotihuacán, la exposición “Teotihuacan: City of water, City of Fire” (Teotihuacán, ciudad de agua, ciudad de fuego), abrirás sus puertas a partir del 30 de septiembre en el The Fine Arts Museum of San Francisco (FAMSF).
José Antonio Ortiz Lanz, Coordinador Nacional de Museo y Exposiciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), señaló que dicha muestra, que se podrá apreciar hasta el 11 de febrero de 2018, incluye objetos de reciente descubrimiento, entre ellos, algunos encontrados durante las excavaciones en el Templo de Quetzalcóatl, así como en las pirámides del Sol y de la Luna.
Asimismo, habrá cerámica y esculturas de piedra encontradas en las áreas habitacionales de la antigua urbe, que abarcaban una extensión de 20 kilómetros cuadrados y donde vivían diversos grupos étnicos, cuya población se estima en más de 100 mil personas.
La exposición es organizada por el INAH en conjunto con el Museo de Young de San Francisco y Los Ángeles County Museum of Art (LACMA), éste último será la segunda sede que acogerá la exposición del 25 de marzo al 15 de julio de 2018.
Dijo que esta muestra tendrá frutos venideros en reciprocidad con el LACMA, sobre el arte budista en el 2018 y con el Young, sobre los rituales de la muerte en Egipto y la deidad del dios Osiris al año siguiente (2019) y que seguramente atraerán cientos de mexicanos.
En su oportunidad, Miriam Newcomer, directora de relaciones públicas del Museo de Young de San Francisco, expresó su beneplácito por dicha exhibición, al tiempo que aclaró que se trata de la primera exposición sobre Teotihuacán en los Estados Unidos en los últimos 20 años.
Dijo que, entre los atractivos de la muestra, figuran artefactos extraídos del templo de la Serpiente Emplumada, así como obras de excavaciones recientes en las pirámides de la Luna y el Sol.
Para Matthew H. Robb, curador de la exhibición la idea central de “Teotihuacan: City of water, City of Fire” radica en presentar nuevos datos sobre la ciudad más grande y compleja en las américas en su tiempo.
“Queremos mostrar la historia de la ciudad en más de 200 objetos y en los que se incluyen obras de las ofrendas más tempranas que datan del primer siglo, así como esculturas que fueron destruidas durante un gran incendio y que terminó con el dominio de la ciudad.
Indicó que 90 por ciento de los objetos a presentar provienen del INAH y la mayoría de las piezas contienen un contexto arqueológico en Teotihuacán, para mostrar a la ciudad en toda su complejidad, desde objetos cotidianos como metates, hasta monumentales esculturas.
La muestra también reunirá fragmentos de pinturas murales procedentes de la colección de FAMSF y de la Ciudad de los Dioses. En 1986, el organismo estadunidense repatrió una serie de murales como parte de un acuerdo conjunto con el INAH, en el que establecieron un programa de conservación y exhibición colaborativo.
Desde hace un siglo, arqueólogos mexicanos han explorado Teotihuacán y han recuperado numerosas piezas que, junto con los hallazgos recientes, conforman esta gran exposición que celebra los logros de la arqueología mexicana en el pasado y en el presente.
Luego de la exposición de ‘Teotihuacán: arte de la Ciudad de los Dioses’, presentada en el Museo de Young de San Francisco en 1993, se ha desarrollado una exhaustiva investigación arqueológica en el sitio, cuyos hallazgos más importantes podrán ser apreciados en esta muestra con la curaduría de Matthew H. Robb, curador jefe del Museo Fowler de la UCLA y ex curador de las Artes de las Américas en el FAMSF.
Teotihuacán fue fundada en el siglo I d.C; y contó con enormes edificaciones, largas avenidas y conjuntos residenciales. Tuvo una vida funcional por lo menos durante 400 años, desde el siglo I d.C. y probablemente hasta el siglo VI, siendo el centro cultural, político, económico y religioso más importante de Mesoamérica.
La arquitectura de estilo teotihuacano continuó hasta la caída, aparentemente repentina, del gobierno en el siglo VI d.C., pero Teotihuacán nunca fue completamente abandonada ni olvidada. Los mexicas reverenciaban la ciudad y sus monumentos, dando a muchos de ellos los nombres que todavía se usan hoy.
No se conoce con exactitud la causa del declive de la metrópoli, si fue por razones ideológicas, políticas, sociales, económicas o relacionadas con factores ambientales, como sequías, deforestación, epidemias o una combinación de distintos factores.
Muchos de los complejos residenciales fueron destruidos o incendiados, y se han hallado evidencias de una destrucción intencional en las plataformas piramidales situadas a lo largo de la Calzada de los Muertos.