El presidente Donald Trump pasó hoy a la ofensiva total en su guerra contra la prensa, acusando a los medios de fabricar historias sobre sus nexos con Rusia, de actuar con deshonestidad y de ser voceros de intereses especiales y no de los estadunidenses.
«La prensa está fuera de control. El nivel de deshonestidad está fuera de control. Deberían estar avergonzados», acusó el mandatario durante una sorpresiva y contenciosa conferencia de prensa en la Casa Blanca, en la que no eludió por momentos confrontar a reporteros de medios vistos como hostiles a su persona.
Trump ofreció un recuento de las cuatro semanas de su administración, e insistió que su gobierno «está funcionando como una maquinaria bien afinada», e insistió que si la percepción es diferente, ello es culpa de la sesgada cobertura de la prensa.
«Los medios están tratando de atacar a nuestra administración porque saben que estamos siguiendo las promesas que hicimos y no están contentos por cualquier razón», dijo, y dirigió muchos de sus ataques contra el diario The New York Times y la televisora CNN.
Trump pasó así por alto los tropiezos que han significado la renuncia de su asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn; el retiro de su nominado a secretario del Trabajo, Andrew Puzler, y el bloqueo de su orden ejecutiva para imponer un veto migratorio sobre países mayormente musulmanes.
Explicó que su decisión de último momento para llevar a cabo esta conferencia de prensa, que se extendió por espacio de casi 90 minutos, fue porque «quiero llevar mi mensaje directamente a la gente».
El mandatario destacó los logros de su naciente administración, al asegurar que cuando asumió la presidencia «heredé un desorden en casa y afuera», incluido el ascenso del grupo terrorista Estado Islámico y del Levante (ISIS).