9 Julio de 2020
México.- Pasadas las 11:00 horas al personal de seguridad de Plaza Delta ya se les había terminado el gel antibacterial, debido al gran número de personas y trabajadores que hicieron largas filas para ingresar al centro comercial, luego de que durante tres meses cerraron sus puertas debido a la contingencia sanitaria por el coronavirus.
Así como en este lugar, en las otras 337 plazas y 263 tiendas comerciales que regresaron a la nueva normalidad las medidas de prevención se cumplieron al pie de la letra: todas las personas debían contar con cubrebocas, se les tomaba la temperatura, los comercios colocaron tapetes desinfectantes y sólo permitían dentro a 30% de su capacidad de aforo.
La gente formada estaba ansiosa por ingresar a estos espacios, para dejar atrás el encierro que se mantiene por el semáforo epidemiológico naranja en la capital del país.
«Quise salir a ver cómo estaba el centro comercial y aproveché algunas ofertas», comentó con una gran sonrisa en la cara una cliente al salir de una tienda de ropa en Antara, en la colonia Polanco.
Jorge, un joven que fue de los primeros en ingresar a Parque Delta, dijo a EL UNIVERSAL que esperó mucho tiempo para regresar a estos lugares: «Para mí tener ropa nueva es esencial, ya me hacía falta. Me sentí seguro con las medidas que se implementaron en la plaza».
En el centro comercial Forum Buenavista la gente trataba de mantener la sana distancia y caminaba con cubrebocas o caretas por los pasillos, donde el bullicio aún no inundaba la plaza, producto de que no era mucha la afluencia.
«Debemos reactivar la economía de todos, aunque digan algunos que esto no es necesidad, así ayudamos a otros a que mantengan sus empleos», dijo Alma Pérez, quien con careta, guantes y cubrebocas hacía fila afuera de una tienda de ropa.
Con mayor emoción se expresaban los trabajadores de las diversas tiendas y restaurantes, quienes después de tanto tiempo pudieron regresar a trabajar.
«¡Llevábamos más de 100 días sin trabajar!», expresó con júbilo un mesero del restaurante La Mansión, quien al tiempo de que limpiaba mesas y acomodaba sillas dijo que «sobrevivimos con un salario mínimo, que no fue suficiente para mantener a la familia, por lo que algunos tuvimos que buscar otro trabajo para cubrir los gastos».
Manuel Flores, expuso que ahora el gran reto es acostumbrarse a la nueva normalidad, como el operar a 30% de su capacidad. El restaurante puede recibir a 274 personas, pero con las nuevas disposiciones sólo atenderán a 87 cuando más.
Esta nueva realidad también es para los dueños de los establecimientos, que si no quieren que les cierren los negocios tienen que acatar las disposiciones.
Al interior de una librería en Perisur, el anfitrión después de hacer los protocolos sanitarios obligatorios anotaba en una bitácora el nombre de cada cliente, pues sólo podía permitir 15 personas dentro. Durante el transcurso del día logró registrar a poco más de 40 visitantes.
Las tiendas de ropa, zapatos y departamentales apuestan a las rebajas para atraer a los clientes.
La ropa fue lo más solicitado en tres centros comerciales recorridos: Antara, Plaza Carso y Plaza Toreo.
Ofertas de 30% hasta 60% es la apuesta del mayoría de las tiendas, en busca de recuperarse después de los meses de confinamiento a causa de la pandemia del Covid-19.
Y la estrategia funcionó en la mayoría de los casos, con clientes satisfechos por las compras realizadas.