9 Julio 2022
México.- La Amazonía brasileña batió un récord de deforestación en el primer semestre del año, según datos oficiales divulgados este viernes, una problemática que sigue creciendo con el Gobierno de Jair Bolsonaro, acusado de no ejercer controles sobre las actividades ilícitas que acaban con la selva.
Entre enero y junio la selva tropical más extensa del planeta perdió 3.987 kilómetros de vegetación, un 10,6 % más que el mismo período de 2021, y un área equivalente a 483 canchas de fútbol, según los datos divulgados por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (Inpe).
Solo en junio fueron destruidos 1.120 kilómetros cuadrados de vegetación nativa en esa región.
El sexto mes del año también batió un récord en devastación en 2022 y la cifra es un 130 % más alta que la reportada en el mismo mes de 2018, antes de que el líder ultraderechista llegara al poder.
LA DEVASTACIÓN SE HA DISPARADO
Las cifras, no obstante, ya comienzan a preocupar a los expertos pues la tendencia muestra que la destrucción de la selva crecerá por cuarto año consecutivo, algo que los ecologistas achacan a la falta de control y fiscalización del Gobierno Bolsonaro a las actividades que acaban con la selva, como la minería ilegal o el comercio ilícito de madera.
Y es que la mayor selva tropical del planeta está perdiendo el equivalente a dos canchas de fútbol cada minuto.
Para Mariana Napolitano, gerente de Ciencias del Fondo Mundial para la Naturaleza en Brasil, lo que está sucediendo está convirtiendo a la Amazonía en un área «vulnerable», por el impacto que la deforestación causa en la regulación del clima y las lluvias.
De acuerdo con el Observatorio del Clima, red que agrupa a más de 70 organizaciones defensoras del medio ambiente, los datos registrados hasta el momento indican que la tasa de deforestación en 2022 sobrepasará nuevamente los 10.000 kilómetros cuadrados, una cifra que no se reportaba desde 2008 y que se volvió a ver con la llegada del líder ultraderechista a la jefatura de Estado en Brasil.
La situación se debe a que la Amazonía brasileña concentra el 72 % de la extracción minera de Brasil -en su mayoría ilegal- y también es foco de criminales que arrasan con los árboles nativos pues el 99 % de la madera comercializada por el país es extraída ilegalmente en esa región.