14 Noviembre de 2021
México.- En los preliminares de la conferencia climática de la ONU en Glasgow, Gran Bretaña, el anfitrión, anunció que uno de los objetivos de la conferencia COP26 era que el carbón pasara a la historia.
Pero resulta que es más fácil decirlo que hacerlo. E incluso decirlo —por escrito— ha resultado bastante difícil.
¿POR QUÉ SE ENFOCAN EN EL CARBÓN?
De los tres combustibles fósiles que existen —carbón, petróleo y gas natural— el carbón es el gran villano climático.
Es el causante del 20 por ciento de las emisiones de gas de invernadero. Y es un combustible relativamente fácil de reemplazar: las alternativas renovables a la generación de energía con carbón existen desde hace décadas. Además, la quema del carbón provoca contaminación del aire, causa del smog, la lluvia ácida y en consecuencia enfermedades respiratorias.
¿QUIÉN ES EL MAYOR CONSUMIDOR DE CARBÓN?
China, el país más poblado del mundo y un gigante fabril, es el mayor consumidor de carbón del mundo, seguido por India y Estados Unidos. En 2019 China produjo 4.876 teravatios/hora de electricidad generada por carbón, casi tanto como todo el resto del mundo, según la Agencia Internacional de Energía. Pero en proporción a la población el panorama es distinto. Australia es el mayor emisor de carbón per cápita del Grupo de los 20, seguido por Corea del Sur, Sudáfrica, EU y China.
¿POR QUÉ SIGUEN CONSUMIENDO CARBÓN?
Brevemente, porque es barato y abundante. Pero aunque las fuentes renovables se vuelven más competitivas en cuanto a precio, no es fácil deshacerse del carbón. La necesidad de electricidad crece a pasos agigantados a medida que aumentan la población y prosperidad mundial y las renovables no alcanzan a satisfacer esa demanda.
¿QUÉ LE DEPARA EL FUTURO AL CARBÓN?
El futuro del carbón luce sombrío. No se trata solo del clima: en Estados Unidos, el gas natural está reemplazando al carbón desde hace años por razones económicas, aunque el carbón ha rebotado este año debido al aumento de los precios del gas. Desde el acuerdo de París de 2015, muchos países se han fijado metas de emisiones cero neto, lo cual requiere abandonar gradualmente el carbón no filtrado, es decir, las plantas a carbón no equipadas con costosos dispositivos que capturan las emisiones. Austria, Bélgica y Suecia han cerrado sus últimas plantas a carbón.