16 diciembre 2023
México.- Entre trabajos inconclusos y bajo un fuerte dispositivo de seguridad, el presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró este viernes el primer tramo del Tren Maya, considerada como la obra de mayor magnitud de su gobierno y que fue comparada por los constructores con la llegada del hombre a la Luna.
En punto de las 10:20 horas, en la estación San Francisco, en la capital campechana y tras su conferencia mañanera, el Mandatario federal abordó el convoy ferroviario (Jaguar rodante) donde ya lo esperaban familiares, gobernadores, empresarios y funcionarios de su gabinete.
En el primer vagón, reservado para el Ejecutivo e invitados especiales recorrió el tramo Campeche-Cancún de 473 kilómetros en seis horas y media, a una velocidad de entre 110 y 120 kilómetros.
En el exclusivo primer convoy, el Mandatario estuvo acompañado por sus hijos Andrés Manuel y Gonzalo, así como por el general Luis Cresencio Sandoval, titular de la Defensa Nacional; los empresarios Carlos Slim, de Grupo Carso; Francisco Cervantes presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE); Miguel Chávez, de Grupo Vidanta, entre otros.
“Cuando el hombre llegó a la Luna, la mayoría de los comentaristas de radio y televisión dijeron casi al mismo tiempo ‘detengan su reloj’, con la idea de que ese momento se guardara para siempre en la historia. Yo me atrevería a decir lo mismo del día de hoy, 15 de diciembre de 2023: detengan su reloj y guarden esa fecha para siempre”, dijo Maité Ramos, directora de Alstom, la empresa constructora de los trenes.
“¡Claro que le falta!”
“Sí le falta ¡Claro que sí! Es un poco lo que sucedió cuando del AIFA decía que no se paraban ni las moscas”, dijo el presidente.
Presumiendo el boleto de acceso con su nombre impreso, López Obrador afirmó que el Tren Maya se desarrollará como todo en la vida: “poco a poco: gateamos, caminamos, nos caemos, nos volvemos a parar hasta que empezamos a correr. ¿Por qué estamos empezando desde ahora o estamos echando a andar la operación? (porque) se hace camino al andar”.
Tras casi seis horas y media de trayecto, el convoy del Tren Maya llegó a la estación de Cancún, su última parada, y al descender el presidente se le vio esbozar una sonrisa de satisfacción, pero tuvo que caminar en una estación inconclusa, en la que destacan columnas de cementos no terminadas y media decena de lonas que buscan tapar la obra negra.