15 Octubre de 2020
México.- Carlos Arturo Serrano García desapareció el 15 de octubre de 2019 y desde entonces su familia ha aportado la mayoría de los elementos de búsqueda que hay en el expediente: nombres, datos, posibles líneas de investigación, pero la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas de Jalisco parece apostar al olvido en este caso.
Por buscar, la madre de Carlos recibió ya una amenaza en diciembre pasado y aunque las autoridades ordenaron su protección, esta duró apenas un mes; hoy, ella, sus hijas y su esposo continúan la búsqueda pese al miedo y el abandono de la autoridad. El día en que desapareció, Carlos –abogado de profesión– fue a la delegación de la FGR en Guadalajara para preguntar qué procedimiento debía seguirse para liberar unas bodegas que fueron incautadas porque en ellas se cometieron ilícitos; al salir dejó a una amiga en el centro de la ciudad y circuló por la avenida Vallarta hacia el poniente, pero al pasar la avenida Enrique Díaz de León detectó que lo seguía una camioneta Suburban blanca con varios sujetos.
Eran alrededor de las 15:00 horas y llamó a su compadre para decirle lo que estaba pasando, dio el número de placas y pidió ayuda; antes de cruzar la avenida Chapultepec los sujetos de la Suburban ya lo habían interceptado y se lo llevaron con todo y auto, un Ford Fiesta rojo 2016.
Días después el auto de Carlos apareció en el parque Metropolitano, en Zapopan, y la camioneta que lo seguía fue localizada en enero de este año en la colonia Oblatos de Guadalajara. Fue el compadre de Carlos el que informó a su familia lo que había ocurrido, por lo que su madre y hermanas acudieron a presentar la denuncia en cuanto se enteraron; también les dijo que habló cerca de 12 minutos con él antes de que se lo llevaran, que tenía la conversación grabada, pero solo les entregó un fragmento inaudible.
Aseguran que unos cuantos días después de la desaparición, un amigo de Carlos fue a buscarlas para decirles que había hablado con alguien, que se lo había llevado «alguien muy pesado» y que Carlos estaba muerto, que mejor ya no buscaran; posteriormente, al ser interrogado por los investigadores, el amigo lo negó todo.
La madre de Carlos recuerda que su hijo iba a iniciar un negocio de hidrocarburos y entregó 3.9 millones de pesos a los que serían sus socios, pero algo lo hizo retractarse y pedir el dinero de regreso. Todo esto consta en la carpeta de investigación abierta, en la que solo se ha citado a declarar a algunos de los allegados de la víctima, pero no hay ninguna diligencia más. «Nos dicen que las cámaras del C5 no funcionan y por eso no hay videos de lo que le pasó; aunque encontraron la Suburban en enero no la han abierto para buscar huellas porque dicen que no hay un cerrajero; yo creo que no lo están buscando», dice la madre.
Para tratar de presionar a las autoridades estatales para que investiguen, una de las hermanas inició una petición en la plataforma change.org, pues asegura que hay una evidente falta de interés por este caso.