Domingo 3 de Mayo de 2020
Ahora sí que, como dijera el clásico, ¡haiga sido como haiga sido!, la abrupta decisión de la mayoría oficialista —Morena, e idiotas útiles, como en su momento les llamó Lenin— en el Congreso y en la recién instalada Comisión Permanente de cancelar su exigencia de citar a reunión extraordinaria este martes, a fin de dar curso al debate y eventual aprobación de la iniciativa de reforma de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria constituyó, a no dudarlo, un triunfo para la oposición.
Una victoria del ahora llamado Bloque de Contención, antes 4G, constituido por diputados y senadores de Acción Nacional (PAN), el Revolucionario Institucional (PRI), Movimiento Ciudadano (MC) y de la Revolución Democrática (PRD) que si bien, por ahora, consiguieron —de la mano y con un amplio apoyo de la sociedad vía redes— frenar el más reciente intento del gobierno por restablecer el presidencialismo autoritario de otro tiempo, no debe ni lanzar campanas al vuelo ni, menos, descuidar el frente que sigue abierto.
Y esto, en virtud de que al margen el coyuntural recule que, de la mano de su par en el Senado, Mónica Fernández, y usando como tapadera a Hugo López-Gatell, marcó el arranque de los trabajos de la Permanente, el activismo del cada vez más obsecuente Mario Delgado dejó en claro que la cancelación de la pretensión sería por sólo dos semanas y que, luego, la bancada de Morena y las de otras fuerzas afines que él también coordina, volverían a la carga, evidenciando la clara intención del Ejecutivo y sus cercanos de insistir en el asunto que, en el fondo, posibilitaría arrebatar al Legislativo la facultad de aprobar el Presupuesto y dictaminar sus posibles modificaciones y, con mayoría o no en el Congreso, seguir operando la orientación del Presupuesto, del gasto en particular, hasta el término del sexenio.
Así las cosas, vale la pena insistir en que si Andrés Manuel López Obrador decidió apostar por ésta vía, es por la percepción existente de que, si bien el arribo del tabasqueño se dio con el aval de poco más de 30 millones de mexicanos, un fenómeno igual —con cifras al menos similares, se entiende— no volverá a repetirse en el 2021, salvo la opinión de los cada vez más mexicanos que viven a expensas de las dádivas oficiales, para los que, sin embargo, está claro que cada vez existen menos recursos.
ASTERISCOS
* Vaya inusual, y sin duda alarmante, misiva oficial la que a miembros de la jerarquía católica hizo llegar apenas el jueves el secretario del episcopado Alfonso G. Miranda para advertirles sobre las “extorsiones que en días pasados han sucedido en muchos y diferentes diócesis, parroquias, congregaciones y monasterios… usurpando (para ello) el nombre de algunos obispos”. Las llamadas provienen del número (33)24340272, de Guadalajara.
* Atento al incuestionable dicho, ahora en boga, de que la corrupción, como las escaleras, se barre de arriba hacia abajo, bien haría el gobierno federal, el comando del IMSS, de Zoé Robledo, en concreto, en aclarar la polémica compra de 20 ventiladores respiratorios a sobreprecio —31 millones de pesos se pagaron por ellos— a León Bartlett, hijo del cuestionado mandamás de la Comisión Federal de Electricidad e indiscutible consen de la 4T.
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.