5 de noviembre de 2017
Este lunes, el miércoles en el peor de los casos, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), que lidera Basilio González Núñez, deberá pronunciarse respecto de la exigencia que, desde junio pasado, le hiciera la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) de decretar la inmediata elevación del salario mínimo general a, cuando menos, el nivel más bajo de la Línea de Bienestar definido por el Coneval de Gonzalo Hernández Licona.
Y ello, como planteó el organismo empresarial liderado por el bajacaliforniano Gustavo de Hoyos Walther, no sólo para abonar a que, de una buena vez, México abandone la última posición entre las naciones miembros de la OCDE con más bajos salarios o, por otra parte, el vergonzoso antepenúltimo sitio entre los países América Latina en el mismo rubro, arriba sólo de Venezuela y Cuba sino, esencialmente, porque existen condiciones para avanzar en la ruta marcada e, igualmente, porque tanto las organizaciones más representativas del sector obrero, lo que se entiende, como las principales instancias del sector privado estarían dispuestas de apoyar una acción en tal sentido.
Vale recordar que, en concreto, la propuesta de Coparmex apunta a elevar el salarios base a 95.25 pesos diarios, y a hacerlo bajo el mecanismo denominado Monto Independiente de Recuperación (MIR), aplicable sólo al Salario Mínimo General, de la misma manera que se hizo ya en diciembre de 2016 y que, si bien alertó a algunas instancias gubernamentales y preocupación a los responsables de dar seguimiento e intentar mantener bajo control la inflación, no sólo no tuvo afecto alguno ni incidencia en este campo, como tampoco en un alza previsible en el trabajo informal o, por sólo citar otro rubro, importante sin duda, contribuyó a desacelerar la generación de nuevos empleos.
La explícita exigencia de los gobiernos de Ottawa y Washington de que México, sus autoridades, favorezcan un avance sustancial en el nivel del salario obrero a fin de evitar que éste siga operado a manera de “elemento distorsionante” de la competitividad entre las naciones firmantes del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ahora en proceso de negociación, debería abonar, en opinión de analistas de diversos sectores, a una opinión positiva de la Conasami a la exigencia patronal.
Ello, sin embargo, podría encontrar en el actual momento político-electoral elementos de resistencia, puesto que, si bien liderazgos de prácticamente todas las fuerzas gustan sumarse a cuanto reclamo se hace en el sentido de revisar el alza del salario de los trabajadores, es por demás claro que si alguien ha tomado como bandera de sus personales aspiraciones el asunto, ese no ha sido otro que el cuestionado Miguel Ángel Mancera que, así como en la inmediata etapa post sismos afirmó que ninguna aspiración personal alentaría en tanto que la emergencia continuara en la Ciudad de México… ahora, de una decena de días a la fecha, no pierde oportunidad de aclarar que su aspiración de cara a 2018 está más viva que nunca y que si algo le falta al antinatural Frente Partidista, perdón Ciudadano, para estar completo, eso no es otra cosa que un ciudadano, no perredista, como él…
Cierto es que, en el fondo, el razonamiento y argumentación de Coparmex nada tiene que ver ni con el momento político-electoral ni con la renegociación del TLCAN en marcha; sin embargo… la realidad está ahí y podría inhibir a los miembros de la Comisión Nacional para ir adelante. Veremos…
ASTERISCOS
* Ahora sí que, contra viento y marea… blanquiazul en este caso, el Tribunal Electoral de la Ciudad de México acabó votando por unanimidad se autorice al expanista José Luis Lüege, presidente ahora de “Ciudad Posible”, participe en calidad de candidato independiente, en la puja por el gobierno capitalino en 2018. Bien…
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.
Twitter: @EnriqueArandaP