21 de diciembre de 2018
Nada bien parece estar concluyendo el año para la economía del país o, si se prefiere, para el naciente gobierno que, amén de tener que lidiar con los problemas propios del todo inicio de gestión, está obligado a enfrentar hoy las más diversas presiones y/o resistencias a su propuesta de captación-reparto de recursos públicos en 2019, el rechazo de miles (de funcionarios) a ver reducido su ingreso merced a la (unilateral) imposición de una “austeridad republicana” que ni entienden ni aceptan o, más, por su explícita intención de arrancar proyectos y programas insuficientemente sustentados y/o explicados…
Y ello, obvio, además de tener que enfrentar una compleja realidad internacional que igual por su decisión de cancelar las obras de construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco, para dar paso a su proyecto de activar el actual aeropuerto internacional de Santa Lucía como terminal civil, que por elaborar su propuesta de Presupuesto (anual) de Egresos con base en variables no necesariamente validadas por los mercados —tipo de cambio de 20 pesos por dólar o barril de crudo a 55 dólares promedio— lo mantiene en permanente tensión y afecta la toma de decisiones a nivel interno, como ocurrió ayer con el alza en la tasa de referencia por parte de Banxico.
Es verdad entonces que, por las más diversas razones, ni la economía, en particular, ni el país, en su conjunto, cierran el periodo anual en las mejores condiciones; también lo es que, agregado a ello, el arranque de la nueva administración sexenal no ha sido lo terso que, por ejemplo, fue el periodo de transición y que, merced a ello, variables de crecimiento del producto, tipo de cambio y/o permanencia de inversiones/capitales en el país han sufrido alteraciones; ello sin embargo, ni es fatal ni debe inducir al pesimismo dada la fortaleza estructural de la economía y el potencial nacional.
Habrá que estar atentos para conocer decisiones que, se insiste, habrán de asumirse antes del cierre de 2018 —algunas de ellas, y no las menos importantes por cierto, en el ámbito legislativo, cuyas mayorías el —lopezobradorismo también controla— o al arranque del nuevo año y que, en mayor o menor medida, condicionarán el inicio ya al 100%, de manera plena podría decirse, del gobierno… de no pocos de sus programas de beneficio social —“asistencialistas”, diría alguno— y, claro, de las obras consideradas emblemáticas del nuevo régimen, el controversial Tren Maya, el Transístmico, Santa Lucía y muchas más incluidas.
Esperemos…
ASTERISCOS
* En Tuxpan (Veracruz) e Irapuato (Guanajuato) y, presuntamente, en media docena de plazas más, aterrizaron, ayer, enviados de la nueva dirección del Servicio de Administración Tributaria (SAT), a cargo de Margarita Ríos Farjat,para exigir a cuanto empleado de confianza encontraron su inmediata e incondicional renuncia “porque esas plazas van a desaparecer”. Así nomás…
* No acababa de formalizarse la elección de Juan Luis González Alcántara Carrancá como nuevo ministro (¿moreno?) de Corte, en lugar de José Ramón Cossío, cuando senadores “cercanos al jefe…” iniciaban ya la promoción de Loretta Ortiz, esposa del extitular en el gobierno capitalino lopezobradorista Agustín Ortiz Pinchetti, para que “ahora sí, en marzo o abril, sea ella la que llegue…”.
* Amparado en el silencio cómplice y mal disimulado festejo del cuestionable ¿sacerdote católico? Alejandro Solalinde, el presidente del Senado, Martí Batres Guadarrama, no desaprovechó la oportunidad para hacer mofa de la fe popular, al exhibirse cargando un “niño AMLO” en el marco de la (supuesta) pastoral “Doña Diabla”…
Con motivo del feriado navideño, esta colaboración dejará de publicarse hasta el próximo 7 de enero en que volveremos a hacerlo con otro asunto De naturaleza política. Mientras tanto, nuestros mejores deseos para todos…
Twitter: @EnriqueAranda