Lunes 01 de Febrero de 2021
Importantes, sí, pero las redes no son tema hoy…
A la vista los desastrosos resultados de la estrategia “científica” adoptada para el combate de la pandemia, registrados durante el primer mes del 2021, nada parece más evidente que, en esta materia al menos, el tiempo de las promesas incumplidas, de las mentiras, ocultamiento de datos y desplantes demagógicos o, peor, de la estadística “maquillada” para referirse al tema, terminó ya para el (des)gobierno de la 4T que, más pronto que ahora, debe replantear sus políticas para enfrentar una crisis que, lejos de atenuar, tiende a acelerar su ritmo de agravamiento.
Cuando atestiguamos que, conforme a la narrativa oficial, covid-19 cobró ya la vida de 158,536 mexicanos —32,729 sólo durante los 31 días de enero, 1,055 cada 24 horas en promedio o, si se prefiere, 43.9 cada hora del pasado mes— y el número de infectados escaló ya a 1,864,260 —438,166 en el mes que termina, 14,134 por día o, en este caso, 588 cada hora— debemos pensar que algo al más alto nivel de la administración que lidera Andrés Manuel López Obrador no está funcionando bien y que, por elemental justicia, el impresentable Doctor Muerte, Hugo López-Gatell, debe asumir la responsabilidad en la situación o, así de claro, dejar una posición que, a todas luces, excede a su preparación y capacidades…
Hoy mismo, cuando se inicie de manera formal el último periodo ordinario de sesiones de la LXIV Legislatura federal, la (supuesta) representación popular presente —aunque sólo sea de manera virtual— debería pasar revista de lo ocurrido en el arranque del nuevo año y, amén de reconocer su propia indolencia y/o incapacidad para modificar las cosas, tratar de evitar que la situación siga agravándose y elevándose el número de decesos, además de exigir que los responsables del sector salud asuman la tarea que les ha sido confiada y dejen de lado ya la “estrategia” de continuar culpando del desastre a sus antecesores o, simple y sencillamente, engañando con el cuento del arribo masivo de las vacunas que acabarán con el coronavirus.
Hace poco menos de once meses, cuando covid-19 irrumpió en nuestra realidad y cobró la primera víctima mortal, fue la propia autoridad federal la que minimizó el riesgo que entonces se anunciaba y desdeñó cuanta información científica (seria) se ofrecía en otras latitudes sobre “el bicho”. Hoy, México es uno de los países —el 58 de 59, se diría— que peores resultados arroja la estrategia oficial de combate a la pandemia y donde, si de algo sirve, se reporta un nivel de letalidad (8.60%) cuatro veces mayor a la media internacional (2.16%)
¿Hasta cuántos (contagiados y/o muertos) o hasta dónde (estamos dispuestos a llegar)? Es lo menos que podemos preguntar…
asteriscos
* Agotados de no recibir respuesta a su (justo) reclamo de obtener los medicamentos oncológicos necesarios para atender a sus hijos afectados por cáncer, los padres de éstos —cientos y/o miles de pequeños— decidieron abandonar esa vía e intentar encontrar apoyo a nivel internacional, en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en concreto. En verdad lamentable…
Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política.