18 Diciembre 2022
México.- A Ciro Gómez Leyva, en apoyo y solidaridad fraterna…
Más pronto de lo que muchos pudieran pensar, el irresponsable e intromisorio posicionamiento que asumiera Andrés Manuel López Obrador ante la crisis política detonada en Perú por el derrocado y ahora preso expresidente Pedro Castillo que, en cadena nacional de televisión, llamó a dar un golpe de Estado y disolver el Congreso, además de anunciar que en adelante gobernaría por decreto, podría comenzar a pasar factura a la fallida administración de la 4T…
Y esto no sólo en lo económico, como pretenden hacer creer algunos, sino, para decirlo pronto, en el ámbito estrictamente político donde, amén el descrédito y la pérdida de respeto y prestigio que a nivel internacional acarrea ya a México su integración al bloque de países con gobiernos de corte populista autoritario –“al modo Pacto de Sao Paulo” dirían especialistas–, como Cuba, Venezuela, Argentina, Bolivia, Nicaragua y Colombia incluso, tal alineamiento llevará al lópezobradorismo a validar y asumir como propias, posturas como la “no condena” a Irán por la consuetudinaria violación de los derechos más elementales de las mujeres, promovida apenas la pasada semana por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Apenas iniciar la semana, en ese marco, el gobierno encabezado ahora por la presidenta Dina Boluarte concluirá consultas con sus embajadores llamados a Lima y, con base en ellas, asumirá una postura ante la clara intromisión en asuntos de interés exclusivamente interno –supuestamente alentada desde el Zócalo– en que habrían incurrido sus pares, encabezados por los cuestionables Alberto Fernández en Buenos Aires, Luis Arce en La Paz y Gustavo Petro en Bogotá, además, claro, del tabasqueño.
Ahora que, si bien es cierto que cuestiones como el respeto y prestigio por el congruente apego a una política exterior que no violente derechos de terceros a nivel internacional son intangibles, también lo es que, tras perderlos, no es nada sencillo recuperarlos, pues en el ánimo de países y gobiernos prevalece –ahí está la pausada relación con España, con cuyo gobierno pareciera que queremos seguir jugando “al gato y al ratón”– la incertidumbre y temor de que, efectivamente, se esté volviendo a la normalidad política en éste que es un ámbito altamente sensible.
No echemos, pues, en el olvido éste que, valga, no es un asunto menor ni, mucho menos, intrascendente…
ASTERISCOS
* Más que merecido por el exdelegado en Benito Juárez Fadlala Akabani, panista entonces y actual funcionario *morenista en la capital, aquello de que “no le basta ser pe… ¡le gusta que se le note!” cuando, tras darse a conocer el artero y cobarde atentado contra nuestro compañero Ciro Gómez Leyva, se atrevió a imputar la autoría del mismo a la oposición. ¿Pooor?…
* No acaba de cerrarse la desaseada e ilegal aprobación del llamado plan B de reforma electoral impulsado desde Palacio, y tanto en el Instituto Nacional Electoral (INE) como en el Legislativo, la oposición en ambas cámaras detonó ya sendos procesos orientados a impugnar jurídicamente la constitucionalidad de la misma. El asunto va para largo y ello es bueno…
Veámonos mañana, con otro asunto De naturaleza política.