Lunes 02 de Septiembre de 2019
Lo dicho: el primer Informe de Andrés Manuel López Obrador, el mensaje que con motivo del envío de la versión formal del mismo al Congreso pronunció en Palacio Nacional —“Tercer Informe de Gobierno al Pueblo”, según la particularísima definición que él quizo darle— derivó en una nueva proclama ideológica que, más que ofrecer datos duros sobre los nueve primeros meses de su gestión, insistió en imputar a sus antecesores la responsabilidad de problemas existentes, la exaltación de las políticas sociales impulsadas por él y, también, en la denostación de sus críticos y opositores —“los conservadores y reaccionarios”— a los que, sin más, declaró “moralmente derrotados”.
Ello, sin dejar pasar la oportunidad de evidenciar su identificación y defensa de políticas públicas de corte claramente estatista (clientelares) o, en abono a esto mismo, de reiterar su convicción de que (si bien) “la economía ha crecido poco no hay recesión” (y ahora) “es menos injusta la distribución de la riqueza”. Y todo, claro, tras la celebrada alusión al combate de la corrupción y la impunidad como objetivo primario de su gestión o la contracción del gasto gubernamental en prebendas y excesos de funcionarios…
De temas políticos controvertidos, como la ilegal y antidemocrática Ley Bonilla o la denominada Ley Garrote, poco o nada comentó, como sí lo hizo cuando de insistir en legislar la revocación de mandato, la consulta popular o el acotamiento de los órganos (constitucionalmente) autónomos se trató o, por ejemplo, para afirmar que su gobierno no interviene en la vida de los sindicatos ni de los partidos políticos…
Escasamente autocrítico, el mensaje del tabasqueño no omitió, ahí sí, reconocer lo pobre que ha sido el avance en el ámbito de la inseguridad y violencia pues, si bien destacó el despliegue de más de 50 mil elementos de la Guardia Nacional, reconoció la creciente incidencia de la delincuencia… aunque, vale decir, insistió en su (no) estrategia según la cual a medida que se dé apoyo a jóvenes y familias, la criminalidad tenderá a declinar. Su afirmación de que el gobierno no es ya el principal responsable de violar derechos humanos resultó a no pocos, al menos, arriesgada…
Un informe, en fin, que, si bien impactó positivamente en formas y prácticas de antaño, cayó en el autoelogio y en la tentación de convertir el mismo en proclama ideológica con miras a sustentar el dicho presidencial de que la llamada 4T “no es sólo un cambio de gobierno sino de régimen”.
Al tiempo…
ASTERISCOS
* Revelador de lo que ocurre en Acción Nacional el que, al mismo tiempo que su bancada en San Lázaro era víctima de otro agandalle legislativo del partido-gobierno, Morena, el gris-gris Marko Cortés presumiera, vía Twitter, estar en Durango celebrando —¿brindando?— tras la asunción de Jorge Salum como alcalde. Ahora sí que, diría el clásico: ¡lo primero, primero!
* Es por ello, muy probablemente, que la asociación de gobernadores panistas, recién constituida, aprovechó la coyuntura para, amén de manifestar su molestia por el incumplimiento de acuerdos asumidos por el lopezobradorismo, anunciaron que tomarán medidas contra la antidemocrática acción que, advirtieron, “no van a agradar al tabasqueño”. Bueno, al menos…
Veámonos el miércoles con otro asunto De naturaleza política.