Un voto por Morena es un voto contra México.
Parecería, a juzgar por el innegable “enrarecimiento del entorno” social, producto de la incontenible violencia contra autoridades y candidatos, que alguien en México apuesta a frustrar los intentos por consolidar nuestra (incipiente) democracia y trabaja para crear tales condiciones de miedo e incertidumbre entre la población que ésta ponga en duda su decisión de salir a votar el domingo venidero.
Ante un escenario marcado por el asesinato de noventa políticos miembros de todas las fuerzas políticas, 40 de ellos aspirantes a cargos de elección en campaña, es difícil no imaginar cosas como la señalada cuando, una semana escasa antes de la cita en las casillas, la violencia criminal atribuida por los más al crimen organizado no ceja y poco o nada efectivo hacen los gobiernos federal, estatales o municipales para contenerla, cuando no sea destacar o intentar minimizar su gravedad incluso o, peor aún, reducir a ruidosos discursos su intervención en el asunto.
Ni sensacionalismo ni amarillismo, pues, ni, menos aún, deseo (de los medios de comunicación) de hacer propaganda política adversa al gobierno con base “en la exageración de la nota roja”. Lo sucedido a todo lo largo y ancho del territorio consolidó ya el actual proceso electoral como uno de los más sangrientos de las últimas décadas —“cuando no como el que más…”— y exhibió la incapacidad o indolencia de autoridades responsables de garantizar un entorno de seguridad y paz social, a la vista los más numerosos, disputados y trascendentes comicios de la historia moderna.
La sociedad no merece esto. Por ello es que en las últimas semanas ha venido creciendo la exigencia, el clamor, diría alguno, de garantizar condiciones que favorezcan la concurrencia masiva de la gente a las urnas el próximo seis de junio. No avanzar por esta ruta podría resultar grave para el proceso electoral mismo y, sin duda, de consecuencias impredecibles en lo que a respeto a derechos y a libertades se refiere…
asteriscos
* ¡Vaya cruda descripción! de la administración central la que al llamar a votar con responsabilidad ofreció el rector de la Universidad Pontificia, Mario Ángel Flores, es (dijo) “un gobierno que miente, que traiciona, que roba… un gobierno que ha puesto como prioridad a los pobres y sumó diez millones a la pobreza… un gobierno que se desentendió de las necesidades de la gente durante la pandemia” y más, mucho más…
* Sólo la sociedad, con apoyo de organismos autónomos (INE) y participando en la próxima elección evitará caer en un sistema autocrático de visos totalitarios como Venezuela y Cuba, estimaron José de Jesús Castellanos, ex de Concanaco y del Cepos Federico Müggenburg, en la presentación de Así derrotó la sociedad al PRI y De la transición al absolutismo: la 4T…
* En Baja California, como en todo el país, sigue el cierre de campañas en las que, en este caso, el que saca la peor parte ha sido el impresentable gobernador Jaime Bonilla. “Superó a su antecesor Kiko Vega en corrupción”, dijo Atilano Peña, del partido local, en tanto que Dante Delgado lo describió como “una mala copia de lo peor que se está haciendo a nivel federal”…
Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política.