21 enero 2024
México.-A Azucena Uresti. Un apoyo a la prensa libre…
Pretender minimizar el grave desabasto de agua que enfrentan hoy millones de ciudadanos en una docena al menos de las alcaldías capitalinas y 15 municipios del Estado de México evidencia la manifiesta incapacidad de autoridades federales y locales para abordar un problema cuyas causas naturales no parecen tener solución en el corto plazo y, peor, su indolencia para ofrecer alternativas reales de solución, ¡así sea a mediano o largo plazos!
Insistir en que no habrá desabasto y llamar a la población a confiar en que “no va a faltar el agua…”, como apenas el lunes 15 aseguró Andrés Manuel López Obrador en su cada vez más cuestionable púlpito mañanero constituye, para decirlo claro, una mentira dicha a sabiendas de que lo es con el exclusivo propósito de manipular la percepción popular sobre un problema de graves repercusiones en materia de salud, por ejemplo, y que están ciertos que, de no suceder nada extraordinario que lo agrave aún más o lo resuelva de manera “casi milagrosa”, no tendrá solución sino hasta finales de marzo o abril próximos. No antes…
Y no, por la simple y sencilla razón de que, dada la falta de reservas existentes en las siete presas ubicadas en la cuenca del Cutzamala –cuatro en el Edomex y tres en Michoacán– ha sido el gobierno mismo a través de la Comisión Nacional del Aguas (Conagua), que dirige el inexistente Germán Martínez Santoyo, la que, en coordinación con los sistemas locales dependientes del impresentable Martí Batres Guadarrama y la igualmente impresentable Delfina La Maestra Moches Gómez dispuso, ordenó desde mediados de diciembre pasado la paulatina reducción del abasto del vital líquido a la zona metropolitana en forma tal que, de los 14.7 metros cúbicos por segundo que desde años atrás se entregaban antes del estallamiento de la crisis actual, el volumen hoy es de apenas ocho metros cúbicos por segundo…¡45% menos!
¿Existe un plan ya para enfrentar el asunto? No parece que lo haya o, al menos, no se conoce hasta ahora y, en caso de existir, la implementación de una solución integral al problema exigirá, como dejamos claro en nuestra entrega del pasado miércoles, no sólo de multimillonarias inversiones que han venido siendo pospuestas de manera consistente en los últimos años sino, fundamentalmente, de muchísimo tiempo que, como es fácil adivinar, es lo que hoy menos tiene la población de una amplia zona del Valle de México.
Asumamos, pues, una coyuntura cuyo origen sí es de orden natural, pero, también, producto de falta de previsión, inversión y capacidad operativa de quienes, desde el más alto nivel de los gobiernos de la zona metropolitana deberían estar inmersos en su solución. ¿O no?…
- ASTERISCOS
* Si bien el amparo por el que Aguakan, de Andrew Rangel, podría ampliar 30 años más la concesión para dotar de agua a Isla Mujeres, Benito Juárez y Puerto Morelos es producto de componendas y actos de corrupción, lo cierto es que, hasta hoy, al menos, ni el gobierno ni el Legislativo de Quintana Roo han logrado revocar la misma. El asunto seguirá dando de qué hablar…
Veámonos aquí mañana con otro asunto De naturaleza política.